¿Una casa ecológica en tres meses? En Vigo es posible

L.Míguez VIGO

VIGO CIUDAD

La pandemia ha animado a muchos a buscar soluciones que les permitan disfrutar de más espacio al aire libre. Brétema, que hace casas modulares de bioconstrucción, ha estado incluso desbordada por las solicitudes de presupuestos

17 feb 2021 . Actualizado a las 17:35 h.

Y, tras el confinamiento, todo el mundo quería una casa y una piscina. Si el auge de estas últimas, que aún continúa este verano, dejó su huella en Vigo, el de las casas que se podían instalar en cuestión de meses también. 

Lo saben bien desde Brétema, firma de bioconstrucción que trabaja en la ciudad desde hace más de diez años y que usa la madera como principal elemento para levantar sus viviendas. «Trabajamos construcción eficiente y bioclimática, con materiales renovables. Buscamos que sea sostenible. Inicialmente se interesaban unos pocos, pero ahora cada vez la gente está más informada y busca más este tipo de casas y se preocupa más por el aislamiento», explica la gerente, Purificación Castro. 

«Tenemos mucha experiencia en el sector y la estructura de madera en muchos casos puede incluso ir hecha desde el taller»

El verano pasado se llegaron a ver desbordados por la cantidad de solicitudes de información y de presupuestos de gente que buscaba cambiar de vivienda para encontrar ese espacio al aire libre que había perdido con el confinamiento. Gente con terrenos en los alrededores o la ciudad, o simplemente vecinos ávidos de encontrar esa finquita soñada para plantar allí su residencia. 

Una casa de menos de 100 m2 puede quedar montada en dos o tres mesesLa bioconstrucción y la rapidez eran las bazas principales de Brétema para todos esos vigueses ansiosos de campo. Si las licencias están tramitadas y se dan buenas condiciones, en el mejor de los escenarios pueden dejar montada la casa en cuestión de dos o tres meses, si es de unos 100 metros cuadrados. «Tenemos mucha experiencia en el sector y la estructura de madera en muchos casos puede incluso ir hecha desde el taller», explican desde la firma. 

La ventaja del nuevo propietario no solo es que se puede mudar mucho antes de lo previsto, también que su factura energética se va a reducir. El empleo de aislantes como el corcho o la fibra de madera ayudan a ello. Además, utilizan láminas transpirables que favorecen que se produzcan cámaras de aire. Emplean también muchas placas derivadas de la madera, muchas de ellas sin mantenimiento, y trabajan con cales naturales e incluso barro. Por supuesto, el precio de la vivienda varía mucho, pero calculan que el metro cuadrado podría rondar los 1.200 euros

Purificación Castro, la gerente, recuerda que este tipo de trabajo era algo tradicional en Galicia, donde el empleo de la madera en estructuras interiores era habitual, y aboga por recuperarlo. De hecho, otro de los pilares de su trabajo son las rehabilitaciones. «Pensamos solo en el monte para celulosa, pero luego si te fijas, en EE. UU. venden sus maderas como algo estupendo y nosotros que tenemos un roble, un castaño e incluso un pino genial, no somos conscientes. Hay que diversificar, porque es un material estupendo y la naturaleza te da todo lo que necesitas», explican desde Brétema, con sede en Peinador.