El albergue de Teis, único de los tres de la ciudad que exige PCR y confinamiento

maría j. fuente m. j. f. VIGO / LA VOZVIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Marcos Canosa

La apertura del local de la oenegé Dignidad permite rotar a los sintecho, que solo pueden estar diez días en una de las instalaciones

04 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El albergue de los Hermanos Misioneros de los Enfermos Pobres, de Teis, es el único de los tres existentes en Vigo para personas sin hogar que exige la prueba de PCR. La explicación es que quienes acuden buscando un techo temporal comparten en ocasiones estancias con los residentes en situación permanente, la mayoría de edad avanzada, por lo que es necesario salvaguardar su salud. La prueba se solicita desde el mismo centro y, con ello, se controla que el futuro usuario no haya tenido contactos desde que se la ha realizado. Por el mismo motivo tampoco se permiten las salidas del albergue, quienes se alojan en él tienen la obligación de permanecer confinados.

Estas condiciones hacen que muchas personas sin techo desistan de acudir al centro ubicado en la parroquia de Teis y opten por los otros dos albergues que hay en la ciudad, con menos restricciones aunque también con los obligados controles. Eso, pese a que en la actualidad en los Hermanos Misioneros se permiten estancias más largas en lugar del máximo de diez días habitual. De esta forma también se genera menos movimiento.

La apertura del albergue de la oenegé Dignidad, en la calle Toledo, ha supuesto un respiro para la población sin un techo en el que cobijarse, no ya por la ampliación del número de camas, sino también por la alternancia que permite con las otras dos dependencias dedicadas a este mismo fin.

Al tratarse de estancias temporales, habitualmente solo se permite permanecer en ellas diez días seguidos, lo que obligaba a los usuarios a andar de un lado para otro. Hasta que abrió el de Dignidad quedaban diez días en la calle, en cuyo período muchos regresaban a los inmuebles que ocupaban con anterioridad, casi siempre en muy mal estado. Otras veces ni siquiera querían dejar su situación de okupas para no encontrarse sin sitio al regresar del albergue.

Ahora el problema más grave es la reducción de camas para poder garantizar la distancia de seguridad. El Concello ha optado por alquilar habitaciones en los casos en que las instalaciones municipales de Marqués de Valterra están completas y no existe otra posibilidad.