Un agujero en el cierre perimetral de Vigo

María Jesús Fuente Decimavilla
maría j. fuente VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

MJF

Los responsables del mercadillo del alto de San Cosme, donde se mezclan vecinos de la ciudad y de Mos por estar situado en la frontera de ambos municipios, intensifican la vigilancia

30 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Los mercadillos de Vigo son, junto con el de Tui, los que mejor funcionan de la provincia, sostiene la asociación que agrupa a los vendedores. Pero hay uno, el del alto de San Cosme, que a esa consideración suma una peculiaridad insólita en estos tiempos de pandemia y restricciones: al estar situado entre los límites de Vigo y Mos no tiene cierre perimetral y se permite acudir a vecinos de ambos concellos. Sería imposible controlar a qué zona pueden ir unos y otros.

La licencia del mercadillo de San Cosme corresponde al municipio de Mos, pero los terrenos están alquilados a Vigo y se rigen por las normas de este último ayuntamiento a la hora de abrir o cerrar la feria. De momento, no ha habido ningún problema. Al contrario, aseguran sus responsables, es un modelo de convivencia entra los usuarios de ambas localidades cuando se celebra los fines de semana.

De la seguridad se encargan las policías locales de ambos concellos y los agentes de la Guardia Civil controlan los accesos. La gestión corre a cargo de la asociación vecinal y cultural Celado, de Mos. Su presidente, Evaristo Ucha, reconoce que el caso de este mercadillo es un tanto peculiar: «La Guardia Civil viene, pide el DNI y comprueba que la gente que llega sea de Vigo o de Mos, que son los que pueden al estar en los lindes de ambos». No obstante, al tratarse de una situación tan delicada como la actual, la entidad ha ampliado el número de vigilantes que pone cada domingo. De tres han pasado a cinco.

En la entrada, un cartel avisa del uso obligatorio de mascarilla y del mantenimiento de la distancia de seguridad de dos metros. A esto suma el anuncio de que el terreno ha sido desinfectado previamente.

«Seguimos las normas de los mercadillos de Vigo, la calle tiene diez metros de ancho y aun así la tenemos señalizada en ambos sentidos con flechas. Donde se hacen colas tenemos que poner marcas en el suelo para que mantengan la distancia de seguridad entre una y otra persona», indica Ucha.

El número de puestos también se ha reducido, entre un 50 y un 60 %, para evitar aglomeraciones. Esto permite que haya una mayor separación entre uno y otro.

Pese a todas las medidas de seguridad, el presidente de Celado no oculta su preocupación y el esfuerzo que está suponiendo a la asociación mantener el orden y la seguridad, que se suma al de las policías y la Guardia Civil. Reconoce que a veces tienen que estar encima de la gente para que no se junten, «pero lo llevan bien».

Los responsables del mercadillo estuvieron a punto de cerrarlo, pero finalmente se echaron atrás al pensar que podrían tener problemas para posteriormente ponerlo en marcha. Aun así, con todas las medidas de seguridad y estar ubicado en una zona de monte muy ventilada, ha perdido clientela en los últimos tiempos. «Bajó mucho la gente, hay menos de la mitad que en una época normal, es lógico porque hay miedo. Sería bueno que se terminara esto de una vez, pero mucho temo que hay para tiempo», se lamenta Evaristo Ucha.

El mercadillo de San Cosme es uno de los tres existentes en Vigo. Como el de Bouzas, se celebra los domingos, mientras que el de Coia tiene lugar los miércoles.