Las cloacas del Karar

VIGO CIUDAD

Mandos de Vigilancia Aduanera y de la Policía Nacional en el puerto de Vigo el día que se descargó el alijo incautado. Satórum, arriba a la derecha.
Mandos de Vigilancia Aduanera y de la Policía Nacional en el puerto de Vigo el día que se descargó el alijo incautado. Satórum, arriba a la derecha.

La incautación en mayo de 3.824 kilos de cocaína en este buque destapa contactos de Santórum en Vigilancia Aduanera y la Policía Nacional para traficar impunemente

27 dic 2021 . Actualizado a las 22:27 h.

Juan Carlos Santórum reveló, sin saberlo, la trastienda más opaca de su listín telefónico. Cantaba por soleares —siendo el principal objetivo policial de la operación Pantín-Donky— ignorando que lo escuchaban. Ocurrió en las semanas previas a la llegada a Galicia de 3.824 kilos de coca a bordo del buque Karar (25 de abril). Su relato, en este caso refiriéndose a Vigilancia Aduanera, resulta elocuente: «Si estos no avisan, no dicen nada de que hay alguien encima nuestra es porque no tienen nada. Si ahora estos, por estos de Vigo, no avisan... este está disponible día y noche sino está currando, y si está en casa me coge al momento. Más que nada por si viene detrás nuestra [en lanchas en alta mar] que sepa que somos nosotros. Por lo menos que nos deje correr...».

Santórum, confiado, incluso reveló el nombre de uno de esos colaboradores aludidos. También lo ubicó en Vigo, pero no coincide con las iniciales de P.S.V., único aduanero detenido hasta ahora. Ya sea por el alijo del Karar o por vender información confidencial. Santórum presumía igualmente de contactos en la Policía Nacional. «Yo a ese puedo tocarlo, ¿sabes? El caso es que claro, cuanto más se toque más hay que pagar. Hay otros dos... [de UDYCO Pontevedra], pero eso olvídate, eso...». A mayores, en el registro de la casa de Santórum, en Vilanova de Arousa, guardaba un uniforme oficial completo de la Policía Nacional y un chaleco antibalas. Su hermano Ricardo, también imputado, poseía inhibidores de micrófonos, cámaras espía y detectores de GPS.

Meaño

El Karar fue apresado por el GRECO Galicia de la Policía Nacional y el Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria en Galicia el 25 de abril, entre las 6.00 y las 6.30 horas, a 400 millas de Vigo. Ya a medianoche, en un monte de Meaño, se citaron un estrecho colaborador de Santórum, Braulio Vázquez, con dos responsables de UDYCO Pontevedra. Ellos buscaban información tras arrestar a Vázquez en el 2018 por otra operación de narcotráfico. Braulio, según consta en un informe, apareció por sorpresa con Santórum y un tercer imputado. Santórum pidió la palabra para lavarse las manos en todo lo relacionado con el Karar, añadiendo que su topo en Aduanas de Vigo iba a informarle en unos minutos si realmente lo acusaban de algo.

El arousano, de entrada, reveló que pagó 10.000 euros por ese soplo, y que «detrás de toda la organización de droga [del Karar] estaría una persona de Vigo, calvo, apodado Varo». Santórum era un libro abierto y lo que iba a recibir resulta demasiado grave para quedar impune: «Sobre las 00.15 horas comienzan a entrar mensajes al móvil de Juan Carlos Santórum de la persona a la que pagó 10.000 euros». El remitente les informó del abordaje del Karar y de que ellos, al amanecer, serían los siguientes en caer. «Santórum giró el teléfono hacía los agentes, pudiendo comprobar que el chat era real y leer que el interlocutor era identificado en el teléfono como Wey».

Está por ver si Wey es la misma persona de la que Santórum desveló su nombre, ya que, según él, ambos trabajan en Aduanas de Vigo. El interlocutor aportó igualmente los nombres de cada objetivo a detener, todos colaboradores de Santórum, y las ubicaciones de naves a registrar en las próximas horas. La reunión acabó y los policías alertaron a los responsables de la investigación. Dio igual, Santórum, ya por la mañana, se fugó sin complicaciones. Los otros 12 encausados fueron detenidos y la investigación siguió abierta dadas las evidencias de corrupción.

Inteligencia falsa

El aduanero de Vilagarcía P.S.V. cayó a las pocas semanas en Madrid con 368.000 euros en metálicos. Desde entonces comparte módulo y compañía con el comisario Villarejo en la prisión de Estremera. En su casa se halló documentación oficial sospechosa. Su análisis, ya aportado a la causa, evidencia que «todos los documentos con membrete de Aduanas contienen información falsa que vendería engañando a los compradores». Incluso falsificó un informe de la DEA que alertaba de la presencia de funcionarios corruptos en el puerto de Marín. Sí se encontró documentación de contenedores que llegaron a Marín procedentes de Colombia, y en la que figuran empresas y buques investigados por narcotráfico.

Está por ver, dados sus elevados ingresos económicos, si P.S.V. dedicaba más tiempo al lucrativo submundo narco que a su trabajo de aduanero en Arousa. De lo que no dudan los captores es de su posición relevante en el clan Santórum. A mayores, para cerrar este carrusel de sospechas e intrigas, la desaparición de dos fardos de coca, con unos 50 kilos, en el Karar. La DEA de los EE.UU. denuncia en documento oficial que se cargaron 154 fardos frente a Colombia, pero que, tras asumir España la custodia, solo se descargaron 152 en Vigo. El precio de mercado de 50 kilos de cocaína supera el millón y medio de euros.

Sin pruebas concretas para ligar a Santórum con el narcosubmarino hundido en Aldán

El procedimiento judicial del Karar sigue avanzando sin que se aporten pruebas claras que avalen la acusación directa contra Santórum como el encargado de recoger en alta mar los 3.050 kilos de coca que llegaron a Aldán en narcosubmarino en el 2019. En las diligencias del Karar, nunca en informes de la causa del narcosubmarino, Greco Galicia vincula a este arousano «de forma clara y tajante» con la descarga frustrada del narcosubmarino. Relatan «la necesidad [de los investigados] de trasladarse a Ourense para recuperar una determinada cantidad de dinero por la devolución que han tenido por lo que ellos mismos denominan «lo del submarino». En una clara alusión al submarino apresado a finales del 2019 y que de forma tajante clara y tajante determina la participación de los investigados en esa desbaratada operación». Lo curioso es que semejante conclusión policial, tan rocosa, no se aporte a la propia causa del narcosubmarino para su investigación a fondo.