1990. Doce muertos al volcar un bus con destino Vigo, Ourense y Pontevedra

Begoña Rodríguez Sotelino
b. r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

La Voz de Galicia

El autocar salió de Madrid y derrapó en la M-30 el Día de los Inocentes de 1990

29 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El 28 de diciembre de 1990 fue un aciago Día de los Inocentes. Una docena de personas, ocho de ellas gallegas, perecieron en un brutal accidente de autobús que se produjo apenas habían recorrido unos cuantos kilómetros. El autocar iba de Madrid a Galicia. Como recoge La Voz en la portada del periódico del sábado, 29 de diciembre de 1990, el suceso tuvo lugar a primera hora de la tarde a la salida de la capital, cuando un autobús «derrapó al tomar una curva en el nudo de acceso de la M-30 a la Nacional VI. El autocar pertenecía a la empresa Monforte y hacía la ruta entre Madrid, Ourense, Pontevedra y Vigo», razón por la cual, buena parte de los pasajeros eran de origen gallego que iban pasar la noche de Fin de Año. «El accidente se produjo a la altura de la Puerta de Hierro, y el autocar, comprado hacía seis meses y que llevaba 37 pasajeros a bordo, resultó materialmente destrozado y con el techo arrancado de cuajo como consecuencia de la colisión contra el pretil lateral y contra el muro de contención de la curva, que describe una circunferencia prácticamente completa», dice.

La crónica recoge también que la causa del choque pudo tener su origen en la excesiva velocidad y la posterior pérdida de control por parte del conductor, «como demuestran las marcas de las rodadas. Al perder el equilibrio, el vehículo cayó lateralmente y perdió el techo. Por su mismo impulso se enderezó de nuevo y quedó atravesado en la calzada, provocando un formidable colapso de tráfico por ser el lugar del accidente una de las principales salidas de Madrid». El autobús siniestrado viajaba a Vigo desde la Estación Sur de Madrid como complemento de otro vehículo que siguió en ruta después de una pequeña retención en el lugar del siniestro. Pero la fatídica mala suerte se cebó con el que ofrecía el servicio extra. Había sido contratado por Enatcar a la empresa Monforte para reforzar el servicio ante el aumento de viajeros a causa de las fiestas navideñas.

En Vigo la noticia caía como un mazazo y a la desolación de uno se sumaba la inquietud de otros, debido a los confusos datos que se recibieron en los primeros momentos. «Uno de estos familiares pudo identificar a su cuñado a través de este periódico, el joven José Gabriel Beiro González, de 19 años, que estaba cumpliendo su servicio militar en el arma de Aviación en la base de Cuatro Vientos; este joven venía de permiso para pasar las fiestas de Fin de Año con su familia», relataban en la redacción local, añadiendo que hubo afectados que no lograron averiguar el nombre de los accidentados hasta bien entrada la noche. Y recordaban que según fuentes de Enatcar en Vigo, fue muy difícil identificar a las víctimas del accidente porque no se pedía el nombre a los pasajeros. «Era un autobús nuevo que todavía no tenía ni seis meses de rodaje», afirmaban desde la empresa.

La Voz recoge también testimonios de heridos como Santos Ángel Saavedra, que declaró que el autobús iba muy deprisa y lo último que vio es «que se iba, que se iba de la carretera». Ingresado en el hospital Puerta de Hierro, el joven de 23 años de edad, que sufría diversos traumatismos y cortes, e iba a Zamora, comentaba que el accidente «es como una negra inocentada, pero espero que el año que comienza sea mejor que el final de este».

Llegó tarde y subió al otro bus

Los del otro autobús vieron pasar la muerte muy cerca pero pudieron contarlo. En Ourense recogían en la redacción local de La Voz el encuentro de familiares y allegados con los ocupantes del autobús que viajaba inmediatamente detrás del accidentado cuando iniciaba el viaje de Madrid a Vigo y que llegaba a la estación de autobuses de Ourense alrededor de las once de la noche: «En uno de los primeros asientos viajaba Ramón Bernaldo de Quirós, un jerezano casado con una ourensana, con ostensibles manchas de sangre en su gabardina blanca, tras haber colaborado en el rescate y traslado de los heridos. Él mismo tendría que haber viajado en el autobús accidentado, pero el tráfico del mediodía de ayer en Madrid hizo que llegase justo al filo de la salida de los dos autobuses y, aunque tenía billete para el siniestrado, le indicaron que se subiese al otro. Así lo hizo, aunque de mala gana dado que el que luego sufriría el accidente tenía un aspecto notablemente mejor», contaban del hombre al que el destino reservó mejor plaza. Aunque el autocar matriculado en Pontevedra tomó la salida en primer lugar, el otro le adelantó en las proximidades del estadio Vicente Calderón, según uno de los testigos.

Tras comprobarse la identidad de las víctimas mortales, el luctuoso saldo confirmó que cinco de ellas eran naturales de la provincia de Pontevedra (dos de Soutomaior, dos de Pontevedra y una de Cambados) y otras tres lo eran de la de Ourense ( Pazos, Viana do Bolo, Laza y Vilar do Barrio), con edades que oscilaban entre los 16 a los 46 años. En el terrible accidente falleció también un ciudadano senegalés y tres españoles originarios de Zamora, Ciudad Real y Madrid.