La falta de financiación ralentiza la residencia para discapacitados

Luis Carlos Llera Llorente
luis carlos llera VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

Aspanaex precisa tres millones de euros y ha recaudado solo 25.000 por ahora

16 nov 2020 . Actualizado a las 09:26 h.

La falta de financiación está ralentizando los trabajos de construcción de la residencia para personas discapacitadas intelectuales Aspanaex. Se trata de la reforma integral de un edificio que fue cedido por la Tesorería de la Seguridad Social y que acogió en su día el centro de especialidades del Sergas en Coia. El convenio firmado con la Xunta, que cedió el antiguo ambulatorio de Coia para este proyecto de Aspanaex se firmó hace tres años y la residencia tendría que estar construida ya, pero falta dinero para darle un empujón definitivo a las obras. En teoría los trabajos iban a durar 18 meses desde que se firmó el acuerdo en octubre del año 2017 pero hace falta todavía una buena inyección de dinero que va llegando a cuenta gota gracias a la colaboración de los benefactores.

De los más de 3 millones que cuesta el proyecto solamente se han conseguido algo menos de 25.000, así que la obra que construye Civis Global va muy despacio, aseguran los vecinos de la zona, que quieren que el proyecto siga adelante a mayor velocidad porque el edificio presenta un aspecto lamentable. Así han efectuado pintadas sobre la chapa metálica que tapa algunas ventanas. Sus grandes grafitis decoran un edificio donde se hacían antes placas de rayos X y otras pruebas de medicina especializada.

Los trabajos de reforma comenzaron hace dos años y la empresa tiene contratado un servicio de vigilancia para evitar que los ladrones e intrusos sigan deteriorando más el edificio. La empresa está modificando la fachada para darle mayor consistencia a un edificio que ya tiene encima unos cuantos lustros y hay que reforzarlo. Las ventanas de la nueva fachada remozada serán algo más pequeñas que as actuales y el interior se cambiará por completo para adecuarlo al nuevo cometido residencial y de apoyo de personas con discapacidad.

Manuel Nodar, vecino del barrio asegura que «van muy lentos, por etapas». Nodar pone de relieve que el edificio de la calle O Porriño lleva un lustro abandonado lo que ha hecho que crezca la maleza y hay actos de vandalismo «a pesar de que el entorno está vallado».

El proyecto de Aspanaex es tan necesario como costoso ya que se trata de construir una residencia para 58 personas de las cuales de los cuales 34 serían personas con necesidades de apoyo y 24 serían residentes con una mayor autonomía.

La residencia ocupará 4.000 metros cuadrados y solo el equipamiento y mobiliario del semisótano donde se ubicarán la lavandería, la cocina, el comedor o la sala multimedia cuesta 285.484 euros.

Aspanaex atiende a 106 personas y cuenta con un centro educativo, un centro ocupacional un centro de día y una vivienda tutelada. Pero muchos residentes se van haciendo mayores y no tienen personas a su lado que les puedan prestar toda la atención que precisan de ahí este proyecto para que los discapacitados se puedan sentir acogidos y queridos en un centro de atención especializada para ellos.

La falta de dinero se ha hecho más patente con la pandemia cuando se ha puesto de relieve las necesidades de muchos colectivos vulnerables.

En los últimos años la asociación ha recurrido a las marchas solidarias que suelen reunir a 2.000 asistentes. Este tipo de concentraciones numerosas están suspendidas mientras siga con fuerza la pandemia.

Las vías de financiación son las donaciones de particulares y empresas, pero en estos momentos en que el paro está aumentando y las empresas están atravesando dificultades el número de donaciones no es tan alto como en otra época.

De todas maneras la residencia ha recibido apoyo de compañías como El Corte Inglés y también de la propia Xunta ha prestado ayuda. También el Concello, la Diputación y la Fundación Inocente Inocente han apoyado a Aspanaex.

Prohibidas las visitas de familiares al complejo de mayores asistidos del Meixoeiro

La dirección del Complejo Residencial de Atención a Personas Dependientes del Meixoeiro (Crpd Vigo I) comunicó a las familias de los residentes que se cierra el acceso al centro a causa de ocho contagios que están siendo asistidos en la primera planta en una unidad covid. Estas ocho personas infectadas son mayores procedentes, y usuarias, de otra residencia, el Crapd Vigo II, ubicado a 700 metros en A Bouciña (Lavadores), que está destinada a personas que se valen por sí mismas.

El Crapd Vigo I es la única residencia de Galicia que pasa de las 300 plazas. El otro centro tiene 148 plazas. Las dos residencias son de la Xunta.

El cierre provocó sorpresa e indignación entrar las familias que aseguran que hay un abuso en la vulneración de las diferentes normativas que regulan la actividad de los centros sociosanitarios en tiempos de covid.

Este lunes se estudiará la reanudación de las visitas. El viernes ingresaron en la unidad covid 4 personas mayores que habían dado positivo en las pruebas efectuadas en el centro de A Bouciña y el sábado se sumaron otras cuatro más de ese mismo centro. Las familias temen que este sea el preámbulo de una larga prohibición de las visitas.

Más de una decena de denuncias y reclamaciones fueron remetidas en el fin de semana a las inspecciones de la Consellería de Política Social y a la propia dirección del CRAPD Vigo I, solicitando la revocación de la medida que prohíbe la entrada de los familiares en la residencia, y la investigación de las condiciones en las que se hizo el traslado y la asistencia de las personas mayores infectadas.