La alternativa del eje atlántico permite en sus 225 kilómetros de Vigo a Ourense velocidades máximas de 300 kilómetros por hora en vía doble electrificada con corriente alterna y adaptada a la alta velocidad.
Además del mayor número de frecuencias y conexiones que permite el moderno trazado de la fachada atlántica, permite una mayor comodidad por su diseño y características de construcción, que en cambio es sinuoso y serpenteante en el caso que sigue el curso del Miño. El primero es además más fiable y seguro en la línea rápida, en la que ya se han dado pasos para la instalación del ERTMS, el mejor sistema de control y seguridad ferroviaria.