Fuga masiva en el cierre histórico de Vigo

J. R. VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.Moralejo

Controles itinerantes de la policía para evitar chivatazos por mensajería de sus ubicaciones

01 nov 2020 . Actualizado a las 10:16 h.

Vigo, al igual que todas las grandes ciudades gallegas, entró en ebullición pasadas las 11.00 horas. El anuncio del cierre de todas las urbes cogió no solo con el pie cambiado a la población, también a los cuerpos policiales llamados a cumplir la nueva norma para evitar más contagios masivos de covid-19. Pero no solo se pusieron todos los sentidos en las incontables salidas por carretera de la primera ciudad de Galicia. También los trayectos regulares por barco que comunican Vigo con Cangas fueron igualmente fiscalizados. También la estación de tren, con especial atención a los estudiantes universitarios, tanto los de Vigo que se forman en Pontevedra, Santiago o Coruña, como el resto de estudiantes de fuera de Vigo que pertenecen a la universidad de la ciudad. La Xunta tuvo en cuenta la particularidad de este colectivo al autorizarles el desplazamiento, aunque la recomendación pasaba por no cambiar de ciudad.

La Policía Nacional de la Comisaría de Vigo-Redondela fue, con la Policía Local, los que más tuvieron que multiplicarse para llegar a todos los puntos de control fijados. Lo hicieron mediante controles itinerantes que buscaban evitar los chivatazos por mensajería entre conductores de sus ubicaciones. Uno de los principales controles se estableció al final de la avenida de Madrid a la 15.00 horas. Varios kilómetros más adelante, ya en la autovía a su paso por O Porriño, varios accidentes provocaron retenciones. A partir de ahí el baile de emplazamientos fue constante hasta dar paso a los compañeros del turno de noche. La medida de urgencia del Gobierno gallego obligó a replantear, también de urgencia, los turnos incorporando a más funcionarios que estaban de descanso para dar cobertura a todo el fin de semana.

No se llamó a los policías que acaban de salir de trabajar al estar prohibido encadenar dos turnos seguidos. Eso, si cabe, complicó aún más el rediseño de la primera comisaría de Galicia. El Ayuntamiento, explica en un comunicado, también movió ficha. Asegura que la Policía Local se movilizó de forma coordinada con la Policía Nacional y la Guardia Civil, algo anómalo dado que la competencia en la ciudad es de la Policía Nacional. El comunicado municipal informa de que los agentes municipales harán también controles itinerantes, el gran problema es la falta de agentes para dar cobertura a las necesidades derivadas de la crisis sanitaria.

Un viernes por la tarde, en situación normal, hay entre cuatro y cinco patrullas recorriendo la ciudad y sus parroquias. Ayer, informan en la plantilla, eran 13 patrullas. Ya por la mañana, en la centralita del 092 de la Policía Local, fueron constantes las llamadas de vecinos preguntando qué se podía hacer y qué no. La situación llegó a tal punto que la centralita se saturó y durante más de media hora, entre las 11.50 horas y las 12.25 resultaba casi imposible localizar a algún funcionario al otro lado del teléfono. Ya por la tarde, a partir de las 19.00 horas, la situación se estabilizó.