Las agencias de viajes, hundidas: «No tenemos ni qué vender»

María Jesús Fuente Decimavilla
maría j. fuente VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

cedida

Su volumen de ventas es de un 5 % respecto al mes de octubre de los últimos años

14 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Ni viajes a Laponia, ni a las islas griegas, ni siquiera a la Manga del Mar Menor. Las agencias de viajes de Vigo, en torno a ochenta, están pasando un calvario. Son las que dan la cara ante las cancelaciones y, por si fuera poco, las grandes olvidadas. La eliminación de cantidad de vuelos no es más que la consecuencia de que la gente tiene miedo al covid y no quiere viajar, y para ellas es fundamental.

«Llevamos casi nueve meses prácticamente paradas, con nula actividad, excepto alguna honrosa excepción. Se hace algo de atención telefónica. Muchas agencias ya no están y las que siguen han restringido la oferta de viajes. De turismo no se hace nada, la gente no está por la labor», indica José Ángel Espada, asesor de Viajes Alltour, de Vigo, y expresidente de la Asociación de Agencias de Viajes de la provincia de Pontevedra, Avipo, en la que estuvo al frente «sobre 40 años».

Reconoce que la situación es muy delicada. «No tenemos qué vender, el AVE que iba a venir en junio del 2019 para acercar Vigo a Madrid, resulta que ha aumentado la distancia, el repunte de casos de covid da inseguridad a los viajeros», insiste Espada.

Los clientes que aprovechaban para viajar en estas fechas de temporada baja han desaparecido y no hay esperanza de gestionar alguna venta importante. Tampoco se mueven los inmigrantes que visitaban a sus familias, porque la situación en sus países de origen no es mejor que la de España.

«El volumen de ventas es de un 5 % de lo que vendíamos otros años en octubre. Para el Pilar no hubo programación de los mayoristas. Como mucho, la gente hace un viaje corto a una casa de turismo rural o a un balneario; la oferta es anecdótica», apunta el expresidente.

Ni siquiera se plantean bajar los precios, como suelen hacer habitualmente, porque la caída de la demanda no tiene que ver con eso y, por tanto, no lograrían salir del bache. Solo aguantan y con restricciones las agencias que tienen detrás grandes cadenas. El resto resiste si tiene un fondo de reserva o pidió un préstamo al Instituto de Crédito Oficial (ICO). Muchas, con el personal en ERTE, empiezan a ser incapaces de pagar los gastos ordinarios del negocio. Otras son autónomas y lo pasan igualmente mal.

«No tenemos coste cien, pero sí sesenta, y cuando no hay ingresos es difícil aguantar. Será un año en blanco», asegura.

A agravar la situación han contribuido circunstancias como las devoluciones de los importes de viajes concertados. Muchos estaban pagados y mayoristas, hoteles y compañías aéreas daban largas a la hora de devolver el dinero. «Somos el eslabón más sensible, los que damos la cara ante el cliente. Qué más quisiéramos nosotros que devolver el dinero de inmediato. Es todo muy delicado».

Los congresos y reuniones de empresa se celebran vía telemática y ni siquiera les queda el Imserso, una pequeña almohada en época baja que, no obstante, no llegaba para solucionar la rentabilidad del mes ni del año.

Mar Rodríguez: «Somos las grandes damnificadas y olvidadas»

Acaba de ponerse al frente de la Asociación de Agencias de Viajes de la Provincia, Avipo, en el peor momento para el sector. Lejos de amilanarse, Mar Rodríguez está dispuesta a tirar para adelante. Fue pionera en el turismo del Camino de Santiago cuando nadie apostaba por él y demostró que valía la pena. «Trabajaré para unirnos, estamos un poco dispersos, no tenemos concepto de asociaciones y es donde tenemos que ejercer la labor. Si no estamos unidos, no haremos nada. Intentaré ponernos en valor, visibilizarnos», explica.

 Sabe que la tarea no será ni mucho menos fácil, teniendo en cuenta la situación en la que se encuentran. «Se habla de hoteles, de restauración... pero las agencias somos las grandes damnificadas y las grandes olvidadas. Durante el confinamiento no aparecíamos entre las empresas autorizadas para abrir. Salió un segundo BOE y tampoco salíamos; hasta ahora, con los epígrafes de los ERTE», indica.

Duda de que muchas puedan aguantar hasta la Semana Santa, máxime cuando algunas agencias consolidadas ya empiezan a cerrar y otras se lo están planteando. «Es mala señal», dice.También es mala señal que los únicos desplazamientos que se hacen sean de última hora en vehículo privado y no aéreo.

«Los hoteles llegaron en verano al 50 o 60 %; las agencias, con llegar al 10 %, nos conformamos», destaca.

«Tenemos puestas las esperanzas en los test, las compañías aéreas van a poner requisitos, como hacerlos antes de subir al avión para garantizar que viaje gente sana. Parece que algunos aeropuertos también lo quieren instalar, se están haciendo ensayos. Sería nuestra salvación», asegura Mar Rodríguez, responsable de Tee Travel y experta en mover turismo extranjero.