El Concello ordena talar miles de fincas de monte privado sin árboles

J. R. VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Oscar Vázquez

Los comuneros denuncian que Parques y Jardines se guio por mapas aéreos de Internet

26 sep 2020 . Actualizado a las 00:30 h.

La mecha se encendió, en forma de amenaza municipal de sanción, el 22 de junio: «Requirimento da obriga de execución da xestión da biomasa incluída a retirada de especies arbóreas prohibidas». La prueba irrefutable de que, al fin, el Ayuntamiento de Vigo decidió cumplir con su obligación en la lucha contra el fuego: asegurar que los particulares limpian sus terrenos. Las misivas siguen un patrón idéntico, cambiando los datos y ubicaciones de cada destinatario. En la Mancomunidade Montes de Vigo dicen que, primero, supieron del envío de unas 20.000 cartas. Luego, añaden, «soubemos que superaron as 30.000». Una cifra nada desproporcionada si se valora el sistema de minifundio gallego y la extensión a supervisar.

Hasta aquí todo correcto, salgo por el detalle de que las misivas se esperaban desde el año 2007, cuando entró en vigor la Ley de Incendios: «É certo que todo isto créase a partir dos requirimentos, pero máis certo é que a carta chega una década tarde e moi mal exposta. Por non dicir que se tiñan que enviar unicamente aos veciños afectados, non o resto, para evitar todo este cabreo», denuncian en la entidad que aglutina a todos los comuneros de Vigo. El gran problema es que varios miles de esas de esas 30.000 cartas enviadas, según los comuneros, no se ajustan a la realidad del terreno. Añaden que muchas inspecciones se hicieron desde un despacho y con un ratón de ordenador en la mano.

«Fixeron o traballo guiándose polas sombras que aparecen nos mapas aéreos de Internet, pensan que esas sombras son árbores, e equivócanse de principio a fin. Por iso todo este caos, logo chamas a Concellería de Parques e Xardíns e non colle ninguén. Están desbordados e teñen pouco persoal, nunca fixeron tal cousa e agora o fan mal e rápido. A toda a xente que nos chama xa lle recomendamos que presenten alegacións», añaden en la entidad comunal.

Uno de sus responsables de brigadas, Agustín Iglesias, con más de 20 años en la comunidad de montes de Comesaña, lleva desbrozando el monte desde el principio del estado de alarma. Concretamente el comunal, para desbrozarlo, como cada año. Entre terreno y terreno van surgiendo otros de titularidad privada: «Creo que as veces mandan os requirimentos por simpatía, a moitos non lle cadran as especies que figuran para talar coas que teñen. Temos un problema no monte de moito coidado, e a moita xente enfadada. Creo que mandan a mesma carta para todos, collen a imaxe por satélite, xa disparan. Coñezo xente á que lle mandan quitar maleza, e non é maleza, e frondosa. Cousas do satélite...».

Otra consecuencia de la situación implica un aumento de la demanda de mano de obra para hacer estos trabajos de desbroce, dado que muchos propietarios, por edad, no pueden. Pero se afanan por encontrar trabajadores para esquivar la multa que los espera a la vuelta de la esquina. Incluso recurren a los propios brigadistas de los comunidades de montes para que, en sus ratos libres, se ganen un sobresueldo. Y de paso, cumplir, con la normativa antiincendios 13 años después de aprobarse.