María Rey-Stolle: «Como gallegos estamos orgullosos de haber protegido el Pergamino Vindel»

Sofía Vázquez
sofía vázquez REDACCIÓN / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

La gerente de Vitralba no esconde su edad porque sabe lo importante que es vivir

19 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Comenzamos la entrevista con datos básicos. María Rey-Stolle es ingeniera de formación, gerente de Vitralba, con sede en Vigo. La directiva nació en Santiago el 15 de diciembre de 1971 y, a partir de ahí, la conversación está llena de sobresaltos.

-No te da vergüenza decir tu edad.

-No, no, al revés. Estoy orgullosa de la edad. Puedo decir que he vivido 48 años.

-Los has vivido a tope.

-Bueno sí, lo he intentado y lo sigo intentando.

-Parece que esta pandemia nos ha enseñado a entender este tipo de cosas: hay que vivir.

-La pandemia nos ha cambiado a todos. Ha cambiado nuestras prioridades. Si bien es verdad que yo a nivel personal he tenido, por desgracia lecciones, muy duras. La vida me ha enseñado que hay que intentar vivir y disfrutar. [Siguen las preguntas]. Mi madre falleció a los 56 años, cuando yo tenía 20, tras casi 20 años enferma. Tenía un espíritu luchador. Y por desgracia, pues hace cuatro años, el mismo año, fallecieron mi padre y mi hermana con 49 años. Yo digo que al revés, que hay que presumir de haber vivido 48 años.

-Casada y sin niños. ¿Eso hace que estés más volcada en la empresa?

-No, no, yo creo que no. Me facilita el poder dedicarle muchas horas. Pero creo que lo hubiese podido hacer igual. Por desgracia o por suerte soy una persona que me implico mucho en mis proyectos y soy muy exigente conmigo misma. Yo creo que tener hijos no es una causa que influya en el trabajo, aunque sí que lo complica. No hablo desde la experiencia, pero, queriendo, todo se puede conseguir.

-Vitralba fue constituida en 1967 por Luis Ramilo.

-Inició la actividad, en el garaje de su casa con cristalería Alba. Toda su vida se la dedicó a la empresa, haciéndose a sí mismo, y se dedicó a invertir en maquinaria para crecer y en el 91 surgió Vitralba. Luis Ramilo falleció en el 2012, y yo entré a trabajar poquitos meses después, como directora de producción. No llegué a conocerlo. Hoy el capital de la compañía sigue siendo familiar, y Marcos Ramilo es el principal representante del capital. En el 2016 apostaron por un cambio y una mayor profesionalización y me propusieron ser gerente. Desde entonces estoy realizando dos actividades que me apasionan realmente. Llevar la producción es mi otra pasión porque soy ingeniera de pisar fábrica. Para poder gestionar algo, y llevarlo a buen puerto, tienes que conocerlo a fondo. Marcos Ramilo, farmacéutico de profesión, me ha dado libertad plena para tomar decisiones. Con él la comunicación es muy fácil.

-Estudiaste ingeniería en Vigo. Dicen que dificilísimo...

-Hasta hace no mucho tenía pesadillas por las noches. Soñaba con que aún me quedaba alguna asignatura para acabar la carrera o que me llamaban para decirme que habían revisado los exámenes y tenía que volver a realizarlos. Verdaderas pesadillas, pero reconozco que volvería a apostar por mi carrera: una ingeniería industrial de la de seis años (ahora son cuatro). Aunque Vigo en su momento fue excesivamente duro, les digo a las personas que realmente les gusta la ingeniería, que vale la pena.

-¿Cuál será la facturación del 2020?

-Antes de la pandemia estábamos muy contentos. Vitralba, muy ligada al sector constructor, registraba un crecimiento de alrededor del 20 %. Pero llegó la pandemia, y en marzo y abril estuvimos prácticamente parados. Aunque sacamos otra línea de negocio, las mamparas de protección. En estos momentos aspiramos a mantener la facturación del 2019. Tenemos una carga de trabajo importante. En Galicia se ve -en Vigo, desde luego- que hay muchísima obra nueva. Es difícil hacer una previsión de futuro. Es cierto que hay que priorizar la salud, pero el país tiene que continuar con su actividad diaria. Por la economía, por la formación, por ejemplo, de los jóvenes, que son tan importantes para el desarrollo de nuestro país. Espero que no volvamos a un confinamiento tan severo como el que hemos pasado. Vamos a ser positivos.

-¿Hicisteis ERTE?

-No. Como empresa familiar que somos apostamos más, y nos preocupamos mucho de ello, por mantener el nivel de vida de nuestros trabajadores, por su situación económica, y decidimos no acogernos a ERTE. Es cierto que la solvencia nos lo permitía. Si bien nos ha costado porque en marzo y abril estuvo todo parado. Pero nos enorgullecemos de no haber hecho ERTE.

-¿Es lo mismo cristal que vidrio?

-No, no es lo mismo. El cristal se genera en la propia naturaleza. El vidrio lo fabrica el hombre a partir de otros elementos.

-Hablas de vidrios inteligentes.

-Hay diferentes tipos de vidrios. Los selectivos no dejan pasar el calor del sol, y no dejan tampoco escapar la calefacción ni el aire acondicionado. También los hay específicos para zonas de sombra, en las que no necesitas protegerte del sol, y al tiempo evitan que se escape la calefacción. También hay vidrios especiales frente al ruido. En unas condiciones óptimas, para una casa de 100 metros cuadrados, estos vidrios permiten un ahorro en la factura inteligente energética de entre el 30 y el 40 %, y por tanto en emisiones de CO2.

[Continúa y diferencia entre productos] El vidrio arquitectónico está enfocado a naves, a viviendas; y el vidrio de interiores, para paredes, puertas... Hay un proyecto del que nos sentimos muy orgullosos: haber realizado la vitrina que contenía el Pergamino Vindel. O Museo do Mar de Galicia nos contactó porque, junto con la Xunta y la Universidade de Vigo, se estaba negociando con Morgan Library la cesión del pergamino por unos meses. Tenía que tener una protección contra robos y contra daños. Tras analizar diferentes vidrios que podían cumplir las exigencias que trasladaban desde Nueva York, consensuamos la fabricación de la vitrina. Era de alta protección antirrobo y protegía al pergamino de la luz infrarroja de los focos, y a la vez no distorsionaba su visión. Estamos muy orgullosos como gallegos de haber podido proteger con nuestro trabajo el pergamino.

 

«No creo en la diferencia entre hombres y mujeres. Yo creo que en las personas»

María Rey-Stolle reconoce que el transcurrir de la vida la ha enseñado a valorar -y mucho- a la familia, por ese motivo cuando está con ella disfruta al máximo de los suyos. También le gusta mucho la playa, el mar, viajar y observar las costumbres de las gentes de las zonas que visita, la gastronomía del lugar, los mercados... Le encantan una buena cena o un buen vino, y si es posible tomarlo en «la calle del Franco, en Santiago».

-La mayoría de los trabajadores que tienes a tu cargo son hombres. ¿Qué tal se lleva?

-Muy bien. No creo en esa diferencia que se hace entre hombres y mujeres. Yo creo en las personas. Yo soy mujer y pero las personas que están bajo mi mando directo son hombres, pero creo que es circunstancial. Yo he querido contratar a mujeres para fabricar, pero tengo que decir que nunca que he realizado una oferta de empleo he recibido un solo currículo de una mujer hasta la semana pasada, que me llegó el primero.

-¿Por qué quieres introducir a mujeres en planta?

-Da igual que sean hombres o mujeres. Es algo casual. [Empieza a reflexionar] Las mujeres a veces nos preocupamos más, nos implicamos más... [y continúa meditando] Bueno, quizá como mujer tengo una perspectiva engañosa... No me malinterpretes, no soy ni machista ni feminista. Creo en las personas. Pero, por ejemplo, en un control de calidad, es muy importante esa cualidad relacionada con la delicadeza que suelen tener las mujeres. Pero no quiero decir que no valga para ello un hombre. Hay hombres y mujeres que tienen las mismas cualidades.

-¿Has sufrido el machismo en el trabajo?

-Sí, yo misma lo he sufrido en alguna ocasión en otras empresas del sector. Hay entornos machistas, no lo vamos a ocultar, y por eso no quiero pensar en mujeres y hombres. No quiero hacer distinciones. Sin embargo, he de decir como mujer que en el momento en que te conocen a nivel profesional, cualquier atisbo de machismo, desaparece.

-Da la impresión de que eres una persona buena.

-[Se ríe de nuevo] Me gustaría que la gente que me conoce y que me trata lo creyese. Pero lo que sí intento ser, siempre, es justa.