Los usuarios de la AP-9 se sorprenden a diario con una pestilencia. Procede de una fábrica que procesa restos de pescado que ha comenzado unas obras con las que promete acabar, en cuatro meses, con «el 90 %» del problema
28 ago 2020 . Actualizado a las 09:54 h.En Rande, huele a menudo a podrido. Según la temperatura y la dirección en la que sople el viento. El puente de la AP-9 es atravesado cada día por más de 50.000 vehículos y, este verano, muchos conductores tienen la peor tarjeta de presentación con la que podrían ser recibidos: un hedor de vísceras de pescados capaz de atravesar las ventanillas de coches, camiones y furgonetas.
La fábrica Auxiliar Conservera, Aucosa, es la que se encarga del procesamiento de las sobras de los pescados para transformarlos en piensos para alimentación animal, «una labor que incide y apoya la economía circular, beneficiosa para Vigo», destaca Roberto Casas, director de la empresa. En Aucosa aseguran que llevan desde el mes de marzo reclamando «máxima urgencia» a las autoridades correspondientes para solventar el problema. A día de hoy garantizan que ya han comenzado las obras. Tienen previsto que la primera fase de la mismas haya finalizado en diciembre. «Es el período productivo, a finales de este año deberían haberse reducido drásticamente los olores en un 90 %», prevé Casas.
En junio, el Concello de Redondela había frenado el plan propuesto por Aucosa para acabar con los malos olores que afectan desde hace años a las viviendas próximas. Apenas mes y medio más tarde, el 31 de julio, y sin mayor explicación aparente, el gobierno local autorizó finalmente a la Auxiliar Conservera y le concedió la licencia para comenzar con su proceso de «modernización y mejores técnicas ambientales en la factoría», aclara el gerente de la empresa.
En cuanto a las peticiones de traslado propuestas por los vecinos de Chapela y Cabanas, el responsable de la fábrica de procesados advierte que «nunca hemos pensado en irnos ya que los terrenos están en propiedad». «Lo único que hemos querido ha sido arreglar esta situación tan pronto como se pueda», añade.
A pesar de que la empresa está ubicada en la parroquia de Chapela desde el año 1976, los vecinos aseguran que el hedor que produce con su actividad y con los vertidos residuales es más intenso que nunca desde el pasado mes de enero.
«Dan ganas de marcharse y no volver. Es impresionante»
El olor nauseabundo que puede perjudicar, durante algo más de un minuto, a los conductores que atraviesan el puente de Rande a 80 kilómetros por hora no es nada comparado con el continuo sometimiento al que se exponen los vecinos de la zona. «Ha llegado a comunicarme gente de Teis que, en varias ocasiones, también les alcanzaba el olor en sus casas», explica Juanjo Comesaña, vecino de Chapela. «No podemos abrir las ventanas para ventilar», añade.
«Dan ganas de marcharse y no volver», dice Venancio, otro vecino de Cabanas al que todos conocen. Comenzó a construir su casa en 1972, cuatro años antes de que llegase Aucosa. Vive a algo más de 50 metros de la auxiliar de conservas. «Hubo algún día en el que incluso olía a amoníaco», recuerda.
Tanto Comesaña como él coinciden en que «el olor de este año es impresionante».Además, han denunciado que la fábrica está virtiendo residuos al mar con mayor frecuencia que nunca. «Vierten cada dos o tres días. Probablemente sea por el incremento de su actividad», entiende Venancio. «Suelen escoger los días de lluvia para hacerlo», agradece Comesaña.
Tanto ellos como todos los vecinos de la zona, que ya han firmado varios escritos solicitando el traslado de la fábrica, se sienten acorralados por el mal olor. A pesar de ser conscientes de que Aucosa ya ha iniciado las obras para atajar el problema y reducir el problema, los vecinos no confían demasiado en que este proceso vaya a terminar con su sufrimiento.