En una situación parecida a la del Celta femenino de baloncesto de se encuentra el Vigo Volei, que prevé una posible vuelta a principios de septiembre. El club anticipa movimientos a la espera de una confirmación que esperan recibir en lo que queda de mes. El margen es estrecho, ya que la Superliga2 arrancaría el 17 de octubre.
El suyo es un deporte particular, no especialmente de contacto. Por el momento, no tienen comunicación oficial del Consejo Superior de Deportes y la Federación Española les remitió una carta en la que avisa que no comenzarán las competiciones hasta que haya una norma de seguridad ante el covid. «Estamos a la espera de dos protocolos: el sanitario, que vendría de Madrid, y el deportivo. Actualmente estamos sujetos al protocolo de la Xunta de entrenamientos sin contacto. Somos un deporte muy particular, tenemos un pabellón grande para meter quince jugadores, por lo que realmente lo cumplimos», comenta Guillermo Touza, presidente del club vigués.
En el Vigo Volei tienen hasta el 31 para confirmar el uso de las instalaciones municipales. Avisa Touza que apurarán hasta el final para reservarlas mientras sus jugadores ya esperan noticias desde Vigo. La planificación de una temporada atípica ha trastocado un poco los planes del club, que solo ha confirmado a Lois Vázquez como nuevo fichaje. No prevén hacer muchos más movimientos en las circunstancias actuales de incertidumbre y de estrechez económica para equipos amateurs.
A mayores, el calendario no dará tregua con la Copa Galicia de por medio, planteada para finales de septiembre. «Creo que tendremos en quince días de noviembre dos desplazamientos a Las Palmas. En una situación normal ya estaríamos organizando esos viajes a las islas. Ahora hay menos vuelos y es todo incertidumbre», resume el directivo.
En esa nueva liga que se proyectará este año se ha añadido un nuevo grupo al no haber descensos. Ante eso, en el Vigo Volei muestran su disconformidad con unos calendarios y organización que todavía no dirimen cuántos equipos bajarán por grupo. «Creemos que no le da seriedad a la competición», sentencia.