Un bombero sobre dos ruedas

m. v. f. VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

Mauro González compagina su trabajo en Vigo con su faceta de ciclista

17 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde hace algo más de un año, Mauro González Fontán (Salvaterra de Miño, 1987) forma parte del cuerpo de bomberos de Vigo. Un reto, el lograr incorporarse, que le llevó a estar un tiempo alejado del ciclismo para poder prepararse a conciencia. Ahora compagina ambas actividades y asegura que el hecho de llevar «toda a vida» sobre dos ruedas fue un plus para él en la preparación para lograr su actual puesto de trabajo.

La profesión de bombero siempre le había llamado la atención, pero lo veía muy complicado. «Aquí necesitas un tren superior, as probas físicas son máis para atletas», compara. Pero aunque las condiciones físicas fueran diferentes, su capacidad de sacrificio le ayudó a adaptarse, relata. «Tanto na parte física coma no tema de estudar, foime útil a disciplina de levar tanto tempo dedicándome ao deporte. Todo axuda. Facían falta moitas ganas e motivación», recalca.

Después de terminar el Bachillerato, Mauro comenzó la carrera de Ingeniería Industrial, pero no era capaz de sacar adelante todo. «Quedei estancado por querer abarcar moito: a bici, traballar, estudar... Era imposible. É disto que co tempo te das conta de que non estás centrado en nada», cuenta. Por eso cuando le surgió la oportunidad de incorporarse al mercado laboral en una oficina técnica, hace unos seis años, calcula, aparcó la universidad. «Non tiña tempo de seguir, e menos co novo sistema de graos, que require moita asistencia», recuerda.

Fue hace ahora dos temporadas cuando dejó la competición como ciclista para centrarse en la preparación para ser bombero. «Boiteno de menos, pero ao mesmo tempo estaba centrado noutra cousa», señala. Ahora está encantado tanto de haber vuelto como de estar comprobando que su nueva ocupación es «moito máis fácil» de compaginar con la faceta de ciclista que los empleos que había tenido con anterioridad. «En ocasións traballaba a turno partido e non deixaba tempo para saír a andar en bici. Sobre todo en inverno, co ciclocrós, nas horas de luz estás traballando», detalla. Ahora agradece «ter máis días libres pola semana para adestrar e gozar da bici».

En su vuelta tras el tiempo en que dejó de competir, Mauro ha seguido un plan de entrenamiento diferente, guiándose más por la intuición y por cómo se encuentra en cada momento. «Gústame adestrar e estar en forma, pero non busco só o rendemento. Intento algúns días dedicarme simplemente a disfrutar co meu grupo de amigso, coa miña moza... Depende do día», ahonda. Su idea este año era competir un poco más en enduro, pero se resistía a marcarse «ningún obxectivo claro» y la crisis sanitaria, además, ha frenado la temporada por el momento.

Antes de la pandemia, sí había vuelto ya a competir en Galicia. «Deume tempo a estar en tres ou catro carreiras despois de acabar todo o proceso», recalca. Lo cogió con ganas y los resultados también acompañaron. «Quería chegar coa forma suficiente para competir e disfrutar e co rendemento tamén quedei bastante satisfeito. Fixen segundo no Open de Galicia de enduro», recapitula.

Inicialmente no tenía tantas ganas de competir, solo de subirse a la bici para divertirse. «Foi xurdindo gradualmente. Ao final pouco a pouco entroume o bicho de novo», comenta. Aparte de en Galicia, también estuvo en la Copa de España de Ávila de enduro, por tramos cronometrados. «Foron as únicas que se celebraron antes do parón de marzo», constata.

Y todo mientras está ya completamente adaptado y satisfecho a su nuevo trabajo. «Si que é como imaxinaba, o ambiente é moi bo», recalca. Aunque no es ajeno a las reinvindicaciones del colectivo por la falta de personal. El único pero que pone.