Prohibido irse sin fruta de aquí

VIGO CIUDAD

Oscar Vázquez

Frutas Benito, fundada en los años setenta por José Benito Rodríguez, apuesta por la fruta de temporada y nacional. Hoy en día vende a buques y restaurantes «veggies» de Vigo

14 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Frente a los que siguen apareciendo en comidas y cenas haciendo equilibrios para sostener una tarta o una bandeja de pasteles hipercalórica, hay una familia en Vigo que lleva años haciéndolo con una fuente de frutas variadas, de temporada y cortadas para picotear. Se ríen ellos de esta moda por la comida healthy que ha empadado las redes sociales. Como no podía ser de otra manera, esta preferencia por las sobremesas sanas tiene que ver con el negocio fundado por el abuelo Benito hace cincuenta años.

José Benito Rodríguez levantó, en los setenta, el almacén de fruta que todavía lleva su nombre a día de hoy. «Mi padre empezó Frutas Benito de cero, con un camión que le había regalado el que era su jefe, que se portó muy bien con él, y un pequeño local en el Castro», recuerda el hijo, actual gerente del local y llamado igual que su padre. Para distinguirlos, lo llaman Misko. «Frutas Benito: un sabor exquisito» es el lema que les ha quedado entre los más cercanos.

El abuelo ya no trabaja allí, pero la glucosa de la fruta sigue formando parte de su ADN. «A mi padre le encanta estar aquí. Si le quitas esto se muere», reconoce el hijo entre risas.

Hasta el número 166 de la avenida de Castrelos llegan fresas de Chenlo, lechugas de Gondomar, cebollas de Cambados, pimientos de Arnoia, naranjas de Valencia, plátanos de Canarias y, fuera de temporada, de Sudáfrica, melocotones de Calanda o cerezas del valle del Jerte. «Nuestra preferencia es la compra de productos de la zona, de proximidad. De Galicia aprovechamos tantos como podemos», subraya el dueño. «Si no los encontramos aquí, los compramos a España. La diversidad de climas y terrenos de este país nos permite tener fruta variada cada año. En cuanto coges un melocotón de Calanda, lo reconoces por su olor y el tacto de su piel», añade.

A pesar de esta apuesta por el producto autóctono, en Frutas Benito también se han lanzado con una sección de productos tropicales y exóticos. «Las frutas de todo el mundo para usted», es el lema que dicta el cartel de la entrada del almacén. Compran así mangos, papayas, lichis o maracuyás a países como Brasil, Perú, Chile o la India. «Nadie se va sin fruta de aquí», expone Misko para referirse a que hay una pieza para cada gusto.

Los primeros años de su implantación fueron, para Frutas Benito, los de mayor bonanza económica. «Durante los setenta y los ochenta solo eran diez los negocios dedicándose al almacenamiento de fruta en esta ciudad. Hoy en día somos entre 50 y 60», explica el actual responsable de la empresa.

Como uno de los rasgos distintivos entre su competencia, Misko recuerda que «cuando se creó el Mercado Central de Frutas en Vigo, mi padre decidió no trabajar allí». De aquella Benito ya se había instalado en el almacén de Castrelos, al que había llegado en 1986, y disponía de un espacio amplio. «Se había ganado a gente de este barrio y otros compradores venían hasta aquí porque les resultaba más cómodo aparcar aquí. Creo que su decisión fue un acierto, porque allí las empresas discutían por cubrir un puesto u otro», considera el hijo.

Su propio concepto de negocio también le valió a Frutas Benito para ganarse a una clientela fija de venta al por mayor. Entre ella destacan compañías que proveen a buques, cadenas de hoteles como el Occidental o el Hotel del Mar o residencias de mayores, como la de Virgen de Guadalupe.

Haberse ganado la fidelidad de sus compradores no es para menos. Al igual que el abuelo Benito, Misko se despierta cada día a las 03.30 de la mañana para trabajar a marchas forzadas durante cuatro horas y entregar puntualmente las cajas de frutas y verduras antes de las 09.00. «Nos vamos a dormir sobre las 11.30», relata.

Entre sus fichajes más recientes se encuentran la cafetería Mattina, el restaurante vegetariano Galgala o el negocio de meriendas La Manière. «Nuestros principales compradores de los frutales tropicales son este conceptos de locales en los que se impulsan comidas sanas en las que la fruta y la verdura ocupan un lugar esencial», destaca.