El plazo para limpiar el polvorín del monte privado de Vigo se agota

J. R. VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

El Ayuntamiento está legitimado para desbrozar los terrenos cercanos a viviendas

06 ago 2020 . Actualizado a las 12:58 h.

Una vasta superficie de los montes de Vigo ha superado el ecuador del verano sin que nadie desbroce su aspecto selvático. Es suelo privado, de propietarios localizados e ilocalizables, y ambos casos supone un polvorín. Principalmente para las viviendas rodeadas de estas masas forestales que, tras un julio asfixiante, se han vuelto el combustible perfecto para rememorar viejos fantasmas en forma de llamas, humo y muerte. Tuvieron sus plazos, incluso prórrogas recogidas en la normativa vigente para los propietarios más rezagados. Incluso, por las consecuencias del covid-19, el 2020 fue más laxo en sus plazos y hubo prórroga extraordinaria a las prórrogas ordinarias. Pero ni así.

El monte privado de Vigo ya no es que no se limpie desde el 2019, es que cientos y cientos de hectáreas no se limpian desde hace años o décadas. «Ya en la misma ciudad, subiendo por el cementerio de Pereiró, al llegar a la primera rotonda, no hay más que levantar la vista para ver unas acacias desproporcionadas. Si eso arde, a ver qué hacen los que viven de ahí...», explican en la brigada forestal financiada por el Ayuntamiento y la Xunta. Estos profesionales del desbroce son la mejor prueba del sinsentido que les rodea. «De qué sirve que nosotros, desde marzo, estemos limpiando los montes comunales si las parcelas de al lado, las de particulares, están llenas de maleza». Mientras, en Santiago, en la Consellería de Medio Rural, cruzan los dedos y miran al cielo. Siguen sin entender cómo el Ayuntamiento de Vigo no se adhiere al plan del Gobierno gallego y la Fegamp para limpiar franjas secundarias de seguridad (la primera franja, por ley, es competencia de los concellos y consiste en limpiar los perímetros de viviendas y núcleos de población).

A la iniciativa sí se han sumado ya 263 ayuntamientos de los 313 de Galicia. El de Vigo no consta en la lista, al mismo tiempo que se constata el incumplimiento de la normativa a poco que se pateen las zonas pobladas de las parroquias. De ahí que, en todo el sector forestal, chirríe la actitud municipal y se valore de decisión política para no reconocer las bondades de una iniciativa parida por el Gobierno de Feijoo. Lo más curioso, o paragógico, de este escenario es que nadie, absolutamente nadie, está en condiciones de dirigirse al Concello y sus responsables por no hacer cumplir las obligaciones de sus atribuciones fijadas por ley.

«Respecto das execucións subsidiarias para a limpeza de faixas, a lexislación non prevé -por riba dos concellos- ningunha outra acción porque a responsabilidade única da xestión da biomasa nas franxas secundarias -tras ter pasado o prazo para a limpeza por parte dos particulares, no caso deste ano, o 16 de xullo- é do Concello», resumen en la Xunta intentando dimensionar un riesgo latente. Tal vez ahí esté la explicación de por qué tantas y tantas parcelas de monte privado acumulen años abandonadas y sean los polvorines perfectos si vienen mal dadas.

«Os lumes teñen que ser un tema de Estado, non acordarnos xa cando nos rodea»

Uxío González no entiende de siglas políticas al hablar de fuego y monte. Lo segundo es su vida, lo primero representa justamente lo contrario. De ahí que se exprese alto y claro, para él es una mera cuestión de supervivencia: «Os lumes tiñan que ser unha cousa de Estado, non acordarse cando chegan as lapas». La pésima imagen del monte privado, ya con todos los plazos agotados para su limpieza por las buenas, le saca de quicio. Ahora es el turno del Ayuntamiento, que tiene la obligación de entrar en esos solares igual que elefantes en cacharrería. Está por qué pasará. Uxío, de entrada, dispara con bala: «Os concellos protestan, din que non é cousa súa, pero o final a lei non se cumpre. Esa é a realidade. Tampouco entendemos que o Concello de Vigo no se sume o plan da Xunta, precisamente deseñado para limpar esas franxas próximas ás casas. Son moitos os veciños que chaman preguntando si se farán eses traballos e temos que dicirlles que non». Uxío es igualmente claro al vaticinar cómo será lo que resta de verano y, en consecuencia, de temporada de incendios: «Isto é moi fácil, o nivel de risco mídese polo estado do seu monte privado, non erra nunca. De que vale ter o noso chan desbrozado, con especies elixidas, se o lado noso prolifera a selva e nótase que ninguén desbroza nin fai nada dende fai anos. Por iso temos que facer dos lumes un tema de Estado, non acordarnos cando nos rodea».