El paraíso de las croquetas está en Bouzas

Alejandra Pascual Santiago
Alejandra Pascual VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Oscar Vázquez

De aceitunas, chocolate, gazpacho... Hasta 16 variedades sirve el restaurante O Croque

10 ago 2020 . Actualizado a las 13:32 h.

Las croquetas son un lujo al alcance de cualquiera. Este manjar de la gastronomía española tampoco se ha librado del vanguardismo que envuelve a los fogones desde hace años. Ahora las hay para todos los gustos. Y para ejemplo, el del restaurante O Croque, en Vigo. Situado en el paseo de Bouzas, lo regenta Celia Cabrera. En su carta incluyen dieciséis tipos de croquetas, algunas tan curiosas como las de aceitunas, las de gazpacho o las de chocolate.

En la cocina de esta asturiana, que llegó a Vigo con tres años, la imaginación desborda. El resultado es la quincena de sabores que ofrece a los croqueteros que se dejen caer por su local, más la del postre. Las de mar son redondas y las hay de ostras, de mejillones y albariño, de pulpo á feira, de chocos en su tinta y de pescaíto frito. Las de «verduritas y queso», como las diferencia la dueña del negocio, son apiruladas. Los sabores van desde la aceituna y las verduritas a preparaciones más elaboradas como setas con trufa, queso cabrales en reducción de vinho do Porto o espinacas, queso de cabra y pistachos. Las de carne son de forma cuadrada. Las hay de pollo y queso San Simón, de cecina con parmesano, de chorizo y huevo o de clasicazos como ropavieja y jamón con huevo.

«Este año, con el confinamiento se nos complicó, pero solemos incluir una variedad hecha a base de gazpacho. No lleva leche, es el gazpacho puro solidificado que funciona como bechamel», añade la hostelera.

La guinda del pastel que convierte al restaurante en toda una referencia de la bechamel y el pan rallado en Vigo es la croqueta del postre. «No podíamos dejar al colofón sin su variedad propia y por eso nos decidimos por rebozar chocolate». La degustación de la sobremesa es a base de trufa y bechamel dulce. «A la gente le suelen sorprender», admite Cabrera.

«Las más solicitadas, sorprendentemente, son las de Cabrales y Porto. La gente se lo piensa por si el sabor del queso es demasiado fuerte, pero preparamos la bechamel suaviza el sabor. ¡Suelen triunfar!», destaca la cocinera. Las otras que se llevan la palma son las de chorizo y jamón, ambas con huevo. «Son un clásico», sugiere.

Celia Cabrera debe su relación con la bechamel a la abuela Concha. La madre de su madre era de Luarca, en Asturias, «y las tenía como especialidad», recuerda la responsable de O Croque. «Me hacía ilusión volver a los orígenes», relata.

Esta maestra de las croquetas montó su primer negocio en el Museo do Mar, también llamado O Croque. Aunque pueda sonar contradictorio, este nombre no se debe a la especialidad culinaria de su abuela, sino a los berberechos. «Mi familia se dedicó durante un tiempo a los oficios de mar», explica Cabrera. Dejó la zona de Alcabre para trasladarse al Casco Vello, donde abrió el Croque Tas, precisamente porque ahí inauguró su carta especializada en este plato. El pasado mes de marzo ya cumplieron tres años en el paseo de Bouzas.

Además de regentar el paraíso croquetero O Croque, Celia ofrece clases profesionales de cocina.