En Vigo y su área se han constituido cerca de 1.500 empresas desde abril

alejandra pascual
laura amoeiro

La crisis del coronavirus ha traído consigo dos palabras que han dejado tocados todos los sectores económicos: ERTE y crisis. El virus ha desplomado la economía mundial. En las semanas en las que las grandes democracias europeas negociaban para alcanzar un pacto que diese confianza a los mercados y músculo financiero a la economía productiva, hay decenas de empresarios que han desafiado el abismo del covid y que han querido abrir negocios. A pesar de todo. En el escenario con más incertidumbre de la historia.

Desde el 1 de abril hasta ahora en Vigo se han constituido 1.449 nuevas empresas, según los datos de la Cámara de Comercio de Vigo, Pontevedra y Vilagarcía. En la otra cara de la moneda, fueron 855 organizaciones las que se ya emprendieron los trámites para darse de baja. Las altas y bajas en el censo de empresas es algo común, del día a día. Pero el balance final es positivo, en un momento en el que se ha vivido la contracción económica más dura y más rápida de la historia.

Para haber atravesado el estado de alarma, esta cifra no dista demasiado del saldo acumulado el año pasado en este mismo período. En el 2019, según la misma fuente, se constituyeron 770 empresas más de las que se cerraron, mientras que este año se alcanzó los 594. Es verdad que son menos, pero no son tantas menos con todo lo que se ha vivido en el país.

Vigo, como lugar más poblado, es el sitio que ha acumulado un mayor número de altas y de pérdidas de compañías. Por comarcas, O Morrazo es el que celebra más constituciones (223 nuevos negocios) y O Val Miñor el que registró más bajas (100 desapariciones).

«Las 1.449 altas no quiere decir necesariamente que las empresas ya estén funcionando ni tampoco que sean nuevas. En algunos casos puede tratarse de empresas ya constituidas que, bajo su registro, abren otro negocio. Las bajas tampoco quiere decir que ya hayan desaparecido, sino que han emprendido los trámites», especifica José Manuel García Orois, gerente de la Cámara de Comercio. Es decir, no es un indicador definitivo en si mismo, pero sí es una muestra más de lo que sucede.

Centrando el análisis, por lo tanto, en los locales recién inaugurados en Vigo y su entorno de influencia, la hostelería es el sector que triunfa. Los bares, las cafeterías y los restaurantes son los que más bajos comerciales han estrenado desde abril. Este dato resulta significativo ya que, de la mano del turismo, estos negocios han sido los más perjudicados por el confinamiento, pues tuvieron que cerrar obligatoriamente.

Independientemente del sector al que pertenezcan las aperturas, la mayoría de los empresarios entrevistados coinciden en que su idea emprendedora ya se había puesto en marcha antes del confinamiento. Muchos de estos proyectos empresariales se vieron paralizados por el estado de alarma y, una vez superado el mismo, se atrevieron a lanzarse y darle forma. A día de hoy, son pocos los valientes que consideran de forma entusiasta que han tomado la decisión correcta y les va de perlas. Pero los hay. Un ejemplo es Adolfo Ogando, responsable de un nuevo restaurante situado en Montero Ríos, Cielo de Cíes. «Estamos funcionando muy bien, no me puedo quejar. La terraza la lleno varias veces al día», confiesa.

Javier Neira es algo más precavido a la hora de afrontar la incertidumbre empresarial. Es el gerente de La Capitana, una nueva cafetería situada en Praia América. Cuenta con una terraza amplia que, en los días de mucho calor, tiene hasta arriba de gente. No obstante, Neira alega que «durante el confinamiento, si hubiéramos podido, nos habríamos echado atrás». A día de hoy su negocio funciona bien y tiene a 18 personas trabajando, «pero si hay un nuevo confinamiento, ¿qué hacemos?», se pregunta el hostelero.

Los hay también con experiencia en abrir negocios en medio de una crisis. Es el caso de Eduardo Areal y Edmar Magno. Estos dos empresarios tienen tres cerrajerías: una en Moaña y dos en Vigo. La de Moaña, la abrieron en medio de la crisis del 2008. Mientras ellos inauguraban su local: «Solo veíamos a otras tiendas cerrándose», explica Eduardo. Ahora afrontan la puesta en marcha de la nueva cerrajería situada en la calle Venezuela, de la ciudad olívica. A estos dos empresarios les sobran las ganas y la ilusión.

De eso último también están sobrados Noé Ferreira y Daniela Irimia que, después de haber dado la vuelta al mundo, han abierto una tienda de productos a granel en A Guarda. «Nos sorprendió la respuesta de la gente», afirma el propietario del comercio.

También en esta etapa, existen emprendedores que buscan a los consumidores on-line. La tudense Sara Quintana es ejemplo de ello, puesto que a través de Internet da a conocer sus rutas como guía turística a través de Tui y Valença do Miño (Portugal). Otro ejemplo son Carmen y Sabela Mogín. «La vida nos cambió durante el confinamiento». Estas dos jóvenes, como fruto del tedio del confinamiento, decidieron empezar a publicar los retratos que hacían con acuarelas y las láminas infantiles en Instagram. «Enviamos nuestros productos a unas cuantas influencers y, de repente, nos empezaron a llegar un montón de pedidos», explican como la fórmula de su éxito.

Valentía, esfuerzo, o saber aprovechar el momento son algunos de los factores claves que señalan estos emprendedores para que un negocio tenga una buena acogida. Los datos avalan que, a pesar de la crisis económica, el saldo empresarial es positivo. Existe, por tanto, un hueco en el mercado para los que se animan a emprender. Porque en realidad ningún momento es el mejor; o tal vez todos lo sean.

La tienda antiplástico que surgió de la vuelta al mundo

«Todo lo que puedes encontrar en un supermercado, pero a granel». Eso es Lacena, Comida Espida, resumido en pocas palabras por Noé Ferreira, uno de sus propietarios. Esta tienda de alimentos, que abrió sus puertas el 15 de mayo en A Guarda, no es solamente eso. Como explica su creador, «es un proyecto ecológico y social». Y tiene una gran historia detrás.

Los protagonistas e ideadores del proyecto son Noé Ferreira y Daniela Irimia. El primero, guardés, y la segunda, rumana. Después de casarse en el país de Daniela, dieron la vuelta al mundo, pero no en 80 días. Su viaje duró el tiempo necesario para que ambos se empapasen de la cultura de todos aquellos rincones que recorrieron. La travesía los llevó a Oklahoma, en Estados Unidos. Allí, se afincaron un tiempo. En la universidad de la ciudad estadounidense, Noé realizó su posdoctorado. Su etapa en territorio americano, despertó la idea de este nuevo negocio.

«Vivíamos enterrados en montañas de plástico», cuenta Noé. Para poner en marcha su proyecto, se fijaron en cómo funcionaban este tipo de tiendas en otros lugares: «Nos dedicamos a hacer turismo en tiendas a granel. Con todas las ideas de cada sitio le dimos forma a nuestra tienda»». La necesidad ecológica les hizo pensar que un comercio con productos a granel contribuiría a cambiar, de manera positiva, la mentalidad de la sociedad.

En A Guarda, las personas que querían comprar a granel, tenían que trasladarse hasta Vigo. La falta de una tienda así en la villa, fue una oportunidad para Daniela y Noé: «Se nos ocurrió porque era algo que se demandaba». Además, recalcan su buena acogida: «Nos sorprendió la respuesta de la gente». Noé señala que el hecho de «estar en el boca a boca» de las personas, es lo que hace que un negocio funcione.

La apertura de la tienda se iba a realizar, en un principio, en el mes de marzo. La irrupción de la pandemia, y la posterior crisis que esta ha desencadenado, no le restó ni un ápice de ilusión a esta pareja, que pusieron todas sus ganas y empeño para sacar adelante su negocio. A los 15 días de abrir la tienda, contrataron a Estela Fernández.

El equipo de Lacena, formado ahora por 3 personas, fomentan un modo de vida más sostenible a través de su trabajo.

Dos empresarios con experiencia en crisis

Oscar Vázquez

«Teníamos claro que había que seguir para delante», afirma Eduardo Areal, que junto a Edmar Magno, ha abierto la cerrajería Tus Llaves en la calle Venezuela de Vigo. Ambos empresarios, de origen brasileño, ya tenían la experiencia de abrir un negocio en medio de una crisis.

Eduardo y Edmar tienen dos cerrajerías más, una en la calle García Barbón de la ciudad olívica y otra en Moaña. Esta última la abrieron en medio de la crisis de 2008. «Solo veíamos a tiendas cerrándose, pero tuvimos suerte», es lo que cuenta el primero de ellos en su experiencia del 2008. El contexto de ahora, similar al de entonces en cuanto a la crisis económica, les ha hecho afrontar la apertura con incertidumbre: «Tuvimos muchas conversaciones entre los socios y con los asesores. Pedimos un préstamo ICO durante el estado de alarma. Algunos de nuestros amigos nos animaron, otros se mostraban más pesimistas», explica Eduardo. Pese a las circunstancias, el propietario de Tus Llaves afirma: «Pensábamos que iba a ser peor».

Este nuevo negocio se abrió en marzo, pero solo estuvo abierto 10 días por el estallido del covid-19. La reapertura se llevó a cabo en mayo. «Estamos prácticamente trabajando igual que antes del coronavirus, quizás un 10% menos, pero porque también estamos en verano», cuenta Eduardo. Para hacer una estimación de la evolución del negocio, el empresario dice que habrá que esperar hasta septiembre. Hasta el momento, este brasileño afronta esta nueva etapa con ilusión.

Una apuesta por la prensa de papel en el centro de Sabarís

alejandra pascual

El tercer quiosco de Martín Otero vio la luz el 1 de abril. Hoy en día, su nuevo negocio en Sabarís es el único tenderete de prensa situado en la vía pública en el municipio de Baiona. «Todavía existe mucha gente que sigue prefiriendo leer el periódico en papel, pero era necesario ampliar la oferta», dice Otero, quien ha añadido una librería y una esquina de gominolas en su negocio. «Durante el confinamiento me fue bien porque absorbí a los clientes que suelen leer la prensa en cafeterías. A partir de la fase 1, me ofrecí a entregarlo en peluquerías a coste cero», confiesa el empresario. Otero se despierta todos los días a las 6.00 de la mañana para servir el periódico en domicilios de todo O Val Miñor.

La moda de los boles de avena en primera línea de playa

Oscar Vázquez

Paula Carnotto lleva toda su vida frecuentando la playa de Patos para practicar surf. «En los descansos me daba cuenta de que no existía ninguna alternativa para tomar algún snack de comida sana», explica la autónoma.

Fue así como nació su local, Wachalal. La propia joven inauguró el 6 de julio el primer restaurante de comida healthy en esta zona. Su carta incluye ensaladas, zumos naturales y los boles de avena que tanto triunfan. «El 90 % de nuestros clientes son mujeres», destaca.

«Estamos aprovechando el tirón del verano», pero Carnotto tiene claro que seguirán abiertas en verano para los amantes del surf.

La estrella es el líquido para desempañar

XOAN CARLOS GIL

Garbiñe Táboas y Vera Pazo abrieron el 9 de julio una nueva óptica de General Ópticas en Cangas. «En tiempos de crisis hay que ser valientes», dice Garbiñe. «No nos está yendo mal, notamos mucho ánimo en el consumidor», asegura. Su producto estrella: el líquido para desempañar las gafas. Estas dos mujeres tienen experiencia porque regentan otra óptica en Moaña.

Retratos que triunfan entre «influencers»

El tedio del confinamiento motivó a Sabela y Carmen Mogín a animarse a publicar sus retratos y láminas infantiles hechos con acuarelas en Instagram bajo la marca Carmarela. Decidieron entonces enviar algunos de sus productos a influencers y, a partir de ahí, «empezamos a tener un montón de pedidos», dicen las artistas.

Naturopatía y budas metálicos en O Rosal

Diego Pérez, naturópata y masajista, inauguró el 1 de julio su negocio Nature en O Rosal. Además de tener consultas para masajes, también vende budas metálicos y artículos de yoga. Cuenta Diego que en O Rosal no existía hasta ahora ninguna tienda similar. Además, asegura: «a raíz del coronavirus lo que hago le interesa más que antes al público».

Visitas Tui, rutas que redescubren la belleza local

«El negocio más suicida de todos», así describe Sara Quintana Visitas Tui. La guía turística, explica que creó la web, por la que se contratan rutas guiadas por Tui y Valença (Portugal), en junio. Los tours comenzaron a principios de julio. Desde entonces, numerosos turistas nacionales han podido conocer todos los rincones de las dos ciudades.

Abrir de cero y contratar a 18 trabajadores

«Si hubiésemos podido nos habríamos echado atrás», admite Javier Neira, gerente de La Capitana. La preparación de este nuevo negocio en Praia América comenzó antes del confinamiento y la crisis les provoca cierto temor, aunque acostumbran llenar la terraza. «Hemos contratado a 18 trabajadores pero si hay un nuevo confinamiento, ¿qué hacemos?», se pregunta Neira.

Materia prima local en fogones vanguardistas

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Ya que las previsiones apuntaban a que el interior de los restaurantes no serían la mejor opción para los comensales este verano, Fernando Quevedo decidió abrir la Ecoadega Cocina Mercado en la calle Carabela A Pinta, donde puede desplegar una terraza.

Estamos funcionando bien a pesar de no contar con turistas portugueses ni británicos», subraya el hostelero.

Un desafío al take-away en plena pandemia

XOAN CARLOS GIL

Adolfo Ogando tenía claro el concepto de restaurante que quería montar en Montero Ríos. «Con gusto, moderno y con materia prima de calidad y perecedera; por eso no trabajo el take-away», dice el gerente del nuevo restaurante Cielo de Cíes.

Su local abrió el pasado 15 de junio y, hasta ahora, agradece que le esté yendo así de bien. «La terraza la lleno varias veces al día», confiesa el hostelero.

Menú para trabajadores y vecinos locales

XOAN CARLOS GIL

La Perra Chica es el nuevo restaurante de Rosalía de Castro. Abrió hace apenas once días y su dueño, Andrés Veiga, no sabe «si es por ser novedad, pero nos está yendo bien». ¿Su cliente principal? Trabajadores y vecinos de la zona.

Como aspecto diferencial, Veiga destaca el mimo con el que cocinan sus platos, las tapas y el trato personalizado al cliente.

Los beneficios empresariales del confinamiento

 

óscar vázquez

«Hemos ido vendiendo de más a menos», confiesa Luigi Dutto, el empresario que abrió la pastelería El Buen Gusto el primer día en el que la gente pudo salir a la calle.

«No hicimos repartos a domicilio, que era lo más demandado en el estado de alarma. Sin embargo, nuestra experiencia es positiva. La gente venía por darse un paseo», explica el autónomo.