«Los autobuses de Portugal ya no vienen como antes»

laura amoeiro VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

Ahora son los jóvenes y las familias de Vigo las llenan los chiringuitos de la ciudad

25 jul 2020 . Actualizado a las 09:12 h.

Llegó el buen tiempo y con él, las ganas de sol, playa y chiringuito. Estos locales con vistas al mar están incrementando su afluencia respecto al mes de junio, cuando realizaron su apertura. No obstante, los resultados económicos que están obteniendo en esta «nueva normalidad» no se pueden comparar a los que conseguían en el verano pasado, según cuentan los trabajadores de estos puestos. En medio de la pandemia, los turistas extranjeros se quedan en sus países. Son las pandillas de jóvenes y las familias de Vigo las que llenan los chiringuitos de la ciudad. «Los autobuses que venían de Portugal no vienen como antes porque ahora solo pueden llenarse al 30 %», afirma Lorena Lima, que trabaja en el quiosco número 7 de Samil.

María Lorenzo, camarera del chiringuito número 5, está notando que el número de clientes que llega a su chiringuito es mayor respecto al mes anterior, aunque señala: «Nada que ver con el año pasado». Lorena Lima coincide con María en que nada se puede comparar: «La gente está consumiendo poco porque trae las cosas de casa. A lo mejor si hace una buena noche están de paseo y se sientan a consumir algo, pero poco más». La trabajadora del quiosco número 7, afirma que ya no ve a tantos turistas portugueses y franceses como en años anteriores, y que las personas a las que atiende son mayoritariamente de Vigo y en menor medida de Ourense. Que la afluencia no es la misma que el año pasado se nota en el propio aparcamiento de Samil. Donde en años anteriores no había sitio para estacionar el coche, ahora sobran espacios.

«Turistas, solo algún extranjero, pero no muchos. Si los hay son portugueses o franceses, pero mucho menos que el año pasado», cuenta Uriel Alonso, del quiosco número 7 de Samil. Uriel dice que en su local se le ha llamado al atención a muchas personas, ya que explica que «en general, no se cumplen las medidas». En el chiringuito donde trabaja han perdido un 30 % de consumidores respecto al año pasado. Además, el camarero afirma que por la mañana «no se ve gente», como sí ocurría antes.

En las playas de A Guía no se ve a tantas personas como en Samil y el Vao. Los trabajadores de la zona tienen diferentes opiniones respecto a la afluencia de personas en sus chiringuitos este año. Xoaquín Iglesias, del quiosco número 1 en la playa de A Punta, asegura que «está viniendo más gente que el año anterior». El camarero ve las playas más llenas que otros años y cree que esto sucede porque las personas escapan de las muchedumbres que se producen en playas más grandes de la ciudad.

Manuel Rodríguez, camarero del chiringuito cerca de la ETEA, hace una valoración diferente sobre la cantidad de consumidores que tiene el local donde trabaja, puesto que afirma que existe «mucha diferencia respecto al año anterior». Manuel afirma: «Hay poca gente tanto por la mañana, como por la tarde» y por ello, dice que la situación del chiringuito donde trabaja «está muy mal» .

Aunque se cumplan las medidas dentro de los establecimientos, los propietarios y camareros de los chiringuitos de las playas de Vigo señalan que muchos de los clientes se acercan a pedir consumiciones sin la mascarilla puesta, mueven las mesas para encontrar sombra o juntan varias sin que se hayan desinfectado previamente. Los trabajadores de estos locales achacan la problemática, sobre todo, a los más jóvenes. Estela Rial, dueña del quiosco número 8 de Samil, tiene en su establecimiento un plástico a modo de protector que le separa de los clientes. «Muchas personas meten la cabeza por debajo del protector para pedir algo», asegura la propietaria del chiringuito. Además, explica que se ha visto obligada a llamarle la atención a muchos de sus clientes.

A pesar de las medidas de seguridad impuestas, en los chiringuitos de la playa de O Vao hubo aglomeraciones la semana pasada. Muchas colas en los puestos de esta playa, donde la mayoría era gente joven, reunida en grandes grupos de amigos.

En el resto de los chiringuitos de las playas de Samil y A Guía no ha habido tal congestión y las mesas guardaban la debida distancia de seguridad entre unas y otras. En todos los locales estaba a disposición gel alcohólico y se ha visto a los trabajadores utilizando correctamente la mascarilla.

Desde el domingo, el uso de esta prenda se endurece y pasa a ser obligatoria en todos los espacios. Ya no se podrá dar paseos por la playa sin este accesorio puesto. Por lo que se avecinan nuevas marcas de sol, pero en lugar de ser por el bikini o bañador, este vez la culpa la tendrá la mascarilla.

También pasa a ser obligatoria en los locales y servicios de hostelería y restauración, salvo en el momento de la ingesta de comida o bebidas. En los próximos días se verá si la norma se cumple, o por el contrario, se sigue viendo a personas que no la utilizan en estos espacios.

Los trabajadores de los puestos a pie de playa esperan que los clientes se tomen las medidas de seguridad en serio, y retomar, en la medida de lo posible, la actividad habitual de sus locales. No obstante, saben que es muy difícil, debido a las pérdidas que están teniendo, y que el panorama actual no les favorece.