Una benefactora anónima paga las deudas de una familia al borde del desahucio

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Xoán Carlos Gil

La mujer conoció la situación extrema de la pareja con tres hijos menores a raíz de un reportaje publicado por La Voz en mayo

14 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La generosidad de una persona que prefiere permanecer en el anonimato será un balón de oxígeno para una familia que no pudo seguir pagando el alquiler al perder ingresos por la crisis del coronavirus. La Voz de Galicia se hizo eco de su historia el 23 de mayo y, días después, el dueño del domicilio en el que residen recibió una transferencia en su cuenta bancaria de 1.600 euros que ha servido para que se pongan al día en el pago de todas las cuentas que tenían pendientes.

María González subsiste con su marido y sus tres hijos con una risga de 300 euros como únicos ingresos. Se trata de una cantidad que les llega para muy poco. Anteriormente complementaban este ingreso con lo que le pagaban al marido de María por hacer trabajos. Tras la crisis del coronavirus, la cantidad que perciben no es suficiente para cubrir los gastos de alimentación, por lo que reciben ayuda periódicamente de la ONG Vida Digna. Todos los lunes se pone a la cola de las puertas de la ONG para recibir alimentos para subsistir.

Esta familia viguesa llegó a una situación límite porque el precio del alquiler del piso en el que viven es superior a la prestación que reciben. De hecho, durante la pandemia acumularon dos meses sin poder pagar la renta. Se encontraron en una situación límite y lamentaron que su casero no era comprensivo con la situación. Incluso les amenazó con cortarles la luz si no hacían frente a los pagos. Antes del confinamiento, el marido de María solía ganar algún dinero haciendo encargos de todo tipo, pero el teléfono dejó de sonar desde que se declaró el estado de alarma. María veía el futuro muy complicado. «Si antes lo veía mal, ahora lo veo peor», reconocía a este diario.

Una lectora

Una lectora de La Voz se preocupó por la situación de esta familia y decidió ayudar. La benefactora se puso en contacto al día siguiente con el presidente de Vida Digna, Ricardo Misa, para que le corroborara la difícil situación que atraviesan estos ciudadanos, que acababa de conocer tras la lectura del reportaje. «Al día siguiente de haber salido la noticia, me llama a las oficinas una mujer preguntando si lo que salía en el periódico era cierto», comentaba ayer.

Ricardo les confirmó el estado de riesgo de exclusión social por el que atraviesan estos ciudadanos y le invitó a pasarse por las oficinas que la ONG para explicarles el caso con más detalle.

La mujer no podía desplazarse desde A Coruña al estar prohibidos en ese momento del estado de alarma los movimientos interprovinciales.

El responsable de la ONG le facilitó el número de cuenta del dueño del piso y, al día siguiente, ya tenía el dinero transferido en su cuenta. Incluso le pagó el mes actual para ayudarles a pasar estos momentos y dar tiempo a que al marido de María le salga algún encargo para empezar a remontar.

María reconoce que recibió la noticia con mucha alegría y que el ingreso les supondrá un alivio muy importante. «Podré respirar un poquito porque no sabía de dónde iba a sacar para pagar el alquiler y todo», comentaba. Agradece la ayuda que recibió en esos momentos tan difíciles que estaba pasando de una persona cuya identidad no conoce. «Estoy agradecida de por vida a esta persona», afirma. Del mismo modo, mostró su agradecimiento al presidente de Vida Digna, que hizo de mediador para que pudiera hacerse pública su situación.

Falta de trabajo

La ayuda que han recibido les ha permitido librarse del apuro que tenían, pero continúan con el mismo problema de falta de recursos. Necesitan encontrar lo antes posible un puesto de trabajo porque, de lo contrario, volverán a no poder pagar el alquiler y, de nuevo, sentirán la presión de su casero, que no les perdona ni una mensualidad.

«Seguimos haciendo una búsqueda activa de empleo y de momento no ha aparecido nada», afirma María, que es madre de un niño de once años, otro de ocho y también de un bebé de seis meses.

Mientras tanto, continuarán necesitando el apoyo de organizaciones como Vida Digna para poder salir adelante. Todas las entidades que se dedican a la ayuda a las familias necesitadas han aumentado su trabajo por culpa de la pandemia. La Asociación Freijeiro de Ayuda al Necesitado, por ejemplo, ya da de comer a más de 2.000 personas de la ciudad y por primera vez seguirán trabajando de manera continuada durante todo el verano. Cáritas también ha incrementado un 25 % las ayudas y el Concello reparte medio millar de menús diarios a personas sin recursos.