Las playas de Samil y O Vao se cuadricularán con un aforo máximo de 15.000 bañistas

E. V. Pita VIGO

VIGO CIUDAD

M. Moralejo

Se eliminan las mesas del merendero, se prohíbe comer y fumar, se monta un circuito unidireccional para pasear y no habrá limitación horaria en el arenal

24 may 2020 . Actualizado a las 02:50 h.

El alcalde de Vigo, Abel Caballero, ha presentado hoy un sistema para tapizar los arenales urbanos con cintas plásticas rojas extensibles con rodillo. Es la solución ideada para cuadricular la arena y marcar la distancia social entre los bañistas en la zona de las playas de Samil y O Vao. Se trata de una medida de prevención para evitar contagios por covid-19 en una playa urbana que atrae a visitantes de otras ciudades.

El aforo conjunto de ambos arenales de Vigo queda reducido a 15.000 personas en hora punta. En cada cuadrícula instalada podrán tomar el sol un máximo de seis bañistas separados 2 metros entre sí y entre cada toalla o bien una familia de ocho personas que convivan.

 Además, los bañistas no podrán hacer comidas multitudinarias en el merendero del pinar. El césped será parcelado en cuadrículas de pintura roja biodegradable como la que se usa en los campos de fútbol. En cada casilla de la parrilla solo podrán colocarse seis personas, ocho si son familia. Se prohíbe comer en los merenderos de los bancos y mesas de piedra, que serán retirados. Solo se permite hacer picnic con bocadillos para que haya una mayor rotación de usuarios. No obstante, el alcalde recalcó que no hay límite horario para estar en la playa y que los bañistas pueden pasar el día entero.

La vigilancia del cumplimiento de las medidas de prevención del Covid se realizará con los policías locales de verano, los socorristas, y el propio «control social» entre bañistas. Caballero confía en que la policía de toalla, al igual que la policía de balcón, controlará que nadie invada su parcela si está a tope y quebrante los dos metros de seguridad. En caso de estar el aforo completo los propios usuarios se darán cuenta de que no quedan plazas disponibles, pues nadie les dejará colarse en su parcela, y quedarán a la espera de que se marche alguien.

M.MORALEJO

 El sistema de cintas rojas será colocado cada día a las 9.00 horas a partir del 15 de junio cuando empieza oficialmente la temporada de verano y se retirará por la noche cuando las excavadoras municipales limpien la playa. Los bañistas tendrán que desplazarse a tráves de una senda o pasillo blanco (señalizada en la cinta de separación de la cuadrícula) hasta la orilla, dónde está permitido jugar, o para dirigirse a la salida del recinto. 

M.MORALEJO

Paseo unidireccional

Además, el paseo marítimo contará con un circuito unidireccional señalizado con pisadas pintadas en el suelo para que los caminantes circulen pegados a su derecha o por su izquierda en función del sentido en el que anden. De esta forma se evitarán aglomeraciones.

Las piscinas este año estarán cerradas y habrá una zona de la playa reservada para discapacitados. También se prohibirá fumar dentro del arenal.

La medida también es extensible a O Vao. Si el BOE autoriza la vuelta a las playas este lunes, el alcalde abrirá la playa a los  bañistas. Dado que la ocupación será baja hasta mediados de junio, no se cuadriculará hasta entonces.

El alcalde dijo que la idea de la cuadrícula se le ocurrió a él pero fueron los miembros de la concejalía de Fomento los que pensaron en un rodillo con una cinta extensible, más práctica para retirar y segura que clavar cintas con estacas. Para impedir que el viento se lleve el marcador, se hunden en cada tramo unas sujecciones metálicas. Cada parcela mide ocho metros de largo por ocho de ancho (64 metros cuadrados) y se extiende cerca de 30 metros hacia la orilla. Los técnicos han calculado la distancia máxima de marea en pleamar y han dejado dos metros de margen. De esta forma, se aseguran que el agua nunca moje la cinta.