Con acento

Tamara Montero
Tamara Montero CUATRO VERDADES

VIGO CIUDAD

11 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Por alguna extraña razón, junto a la puerta de embarque aquellas tres chicas se empeñaban en que su delicado acento de Vigo no existía. Insistían una y otra vez en negar la evidencia y con aquel ritmo tan agradable no dejaban de repetir que su fonética era, básicamente, plana. Ese político de altos vuelos al que entrevisté en los primeros años de guardia en esta trinchera se quedó sorprendido cuando le respondí a su comentario sobre mis siete vocales y mi cadencia pausada con una sonrisa enorme y un sonoro gracias. Qué iba a decir. Y sin embargo, todavía me cuesta a veces entender por qué puso aquella cara. Gaditana no eres, comentó aquella jefa de prensa de Madrid la primera vez que la llamaba. De varias voces, algunas muy cercanas, en casa hemos tenido que soportar que ridiculizasen algo tan natural como hablar de la manera en la que aquí se habla.

Sabemos que hay gente así, no pasa nada. Gente que en un programa de televisión le pregunta a un compañero que si va a suavizar el acento ahora que va a ser el presentador de Pasapalabra. La misma persona que se permite ridiculizar a quien está frente a una crisis sanitaria diciendo que parece que lleva durmiendo en el coche una semana. El peligro es hacer caso a estas salidas de tono. Y creer, realmente, que tenemos que avergonzarnos de uestra forma de hablar. Vergüenza es demostrar esa ignorancia.