Ana Belén Valiño: «Primero la salud, luego la productividad»

Bibiana Villaverde
bibiana villaverde VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Óscar Vázquez

La única mujer entre los delegados sindicales en PSA cree que la etapa que arranca el miércoles será difícil. Cuando entró en la factoría, las mujeres solo trabajaban en sillería, ahora están en todo el proceso industrial

10 may 2020 . Actualizado a las 03:35 h.

Año 1991. En España empezaba a despuntar un cantante joven y desconocido llamado Alejandro Sanz. Viviendo Deprisa sonaba en las radios cuando estalló una bomba en Madrid que casi mata a una niña llamada Irene Villa. En ese momento, en Citröen Vigo se fabricaban los modelos AX, C15 y ZX y entre las manos que trabajaban en la tapicería de estos vehículos estaban las de Ana Belén Valiño (Vigo, 1972). En el 2014 se convirtió en la primera mujer al frente del sector del metal en un sindicato en Galicia. Empezó desde abajo, en el único departamento donde se empleaba a trabajadoras: en sillería. «Fui de las primeras mujeres en trabajar en PSA. Las que había antes de 1991 trabajaban en tareas destinadas entonces a las mujeres: limpieza, comedores, cocinas... Desde ese año empezamos a formar parte del proceso industrial. Hoy en día hay muy pocas secciones en las que no hay mujeres». A día de hoy representan el 23 % de la plantilla de la factoría.

Valiño se afilió a UGT en el 2004, «cuando me hicieron fija», y lo hizo por ideología. «En casa me decían que no me metiera en líos, pero mi abuelo era trabajador del naval en los años 70 y 80. En mi casa, durante la comida, se hablaba del sindicato. Lo vas mamando». No se imaginaba aquella niña del barrio de Matamá que estudió Diseño y Patronaje Industrial que en su carrera tendría que sentarse a negociar un protocolo como el que se pondrá en marcha en la factoría de Balaídos la próxima semana.

El control de temperatura empezará a formar parte del día a día de los trabajadores, también las mascarillas, las gafas y los equipos de protección; incluso se han dibujado cuadrículas en el suelo para que los operarios no se salgan de su territorio personal en los descansos. «Son medidas a las que no estamos acostumbrados. Lo más preocupante es la aglomeración a la salida y entrada de los turnos en una empresa con 7.400 trabajadores, la más grande de Vigo en número de empleados. «Estamos intentando que los trabajadores no accedan a los vestuarios porque es un foco. Tenemos que acostumbrarnos a los EPI, a trabajar con ellos. Sabemos que va a ser difícil el día a día. Tendremos que tener paciencia todos, los trabajadores y los mandos». El ritmo de la velocidad de las líneas se va a reducir para que se puedan implantar estas medidas, y se ampliarán la pausas y descansos en tres minutos para poder cumplir las medidas de seguridad. «Lo primero es la salud de los trabajadores y lo segundo es la productividad», señala.

La aprobación de este protocolo de seguridad es una de las últimas negociaciones en las que ha participado Valiño, acostumbrada a acordar con la empresa convenios y expedientes temporales de regulación, como el que se acaba de aprobar. Ahora el principal problema son los cobros derivados de este ERTE. «Está habiendo muchos problemas con los pagos por parte del SEPE, compañeros que no han cobrado la prestación económica, como es mi caso».

Reuniones hasta la madrugada

Las mujeres siguen siendo minoría en el mundo sindical. Los protagonistas de la lucha obrera han sido tradicionalmente hombres y eso se sigue notando en los cargos directivos de los sindicatos. Ana Belén Valiño explica que la suya fue una carrera en la que la implicación personal iba pareja a la confianza de los compañeros que la apoyaron hasta convertirla en la primera mujer en una secretaría del metal a nivel autonómico. Fue la primera en ponerse a frente de la sección del metal en Vigo y ahora es una de las pocas mujeres que se sienta en las mesas de negociación de PSA. «En las reuniones no hay diferencias de género, pero luego escuchas comentarios... Ya no es un diálogo sexista o actitudes, sino percepciones, que no se dirigen a ti como a un hombre. Son excepciones pero en términos generales el trato es igualitario». Una igualdad a la que le quedan algunas asignaturas pendientes. «Si es difícil compaginar la vida familiar y laboral, cuanto más la sindical. Los acuerdos se alcanzan a las doce de la noche, una de la madrugada, esto sigue hoy en día. En la última reunión del metal a la que fui se alcanzó un acuerdo a las cuatro de la mañana. Con estos horarios no puede conciliar ni una mujer ni un hombre». Defiende que se cambien estas costumbres, pero aclara que no se sintió discriminada por ser mujer en UGT, donde siempre se le tuvo en cuenta.

Tiempos difíciles para el sector

Los esfuerzos de Valiño van a estar muy centrados ahora en el futuro de PSA. El 19 de marzo se iba a implantar el octavo equipo en sistema 1 de fin de semana, y dos días antes se tuvo que paralizar la actividad. «Hay 700 trabajadores de un turno que ya no se pondrá en marcha. Las perspectivas que había para este año eran brutales, y hoy en día hay desánimo y mucha incertidumbre». Que no haya despidos depende del mercado y de que haya ayudas para un sector que prevé una caída de las ventas del 30 %.

 SU CANCIÓN FAVORITA

«Pájaros de barro», de Manolo García. «Me lleva acompañando toda la vida. Se escribió después de una visita de Manolo García a una cárcel y de hablar con los presos. Habla de la libertad, de la igualdad. y de que nadie es más que nadie».