Un juez no ve delito en un okupa y un sin techo multados once veces

E. V. Pita REDACCIÓN / LA VOZ

VIGO CIUDAD

25 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Un okupa y un sin techo de Vigo que acumulan once multas por incumplir el confinamiento se libraron de ir a prisión porque el juez no vio un delito de desobediencia y archivó la causa contra ellos. El magistrado, que asume que ambos detenidos carecen de casa donde confinarse, resalta que para que su reincidencia fuese rebeldía tendrían que haber sido expresamente advertidos antes de las consecuencias de su incumplimiento. Así lo hizo él en su despacho cuando comparecieron y les avisó de que, si vuelven a ser pillados, se estudiaría si hay delito.

El auto dictado por el juez de Instrucción número 4 de Vigo, Juan Carlos Carballal, decreta el sobreseimiento provisional y archivo de la investigación contra el okupa y el sin techo por el delito de desobediencia. El magistrado se distancia de otros colegas que sí han condenado la multirreincidencia, pero Carballal recalca que la libertad deambulatoria, el estar simplemente en la calle, no puede ser un delito y tampoco la reincidencia en una infracción administrativa, a no ser que así lo dicte una ley, que no es el caso.

Sin ánimo de rebeldía

Tampoco ve ánimo rebelde en los dos indigentes. Ambos fueron detenidos el miércoles porque la policía los vio dos veces en media hora vagar, separados, por la céntrica calle Urzaiz. Acabaron en los calabozos por reincidentes. Uno acumulaba ocho propuestas de sanción administrativa, y el otro, tres. En caso de haber delito, los implicados se jugaban varios meses de cárcel.

El magistrado descarta un delito de desobediencia y lo encaja más como incumplimiento de carácter administrativo. No ve razón para criminalizar una infracción administrativa por el mero hecho de repetirla ni le consta que alguien les hubiera requerido, «con carácter previo y de forma expresa y clara», que cumpliesen el confinamiento. Pero les advierte que, en caso de reincidir, ahora que han sido avisados, se volverá a estudiar su asunto.

El magistrado ve «evidente» que el hecho de estar en la calle «no puede catalogarse sin más como grave» y destaca que los detenidos viven en la marginalidad social. Uno dio como señas una casa okupa. Y el otro, con domicilio oficial en Viveiro, reside en Vigo, bien «en la calle o en una casa también ocupada de forma ilegal».