Una propuesta: aislar a la gente
Nicolás Taboada estaba convencido de que la enfermedad se transmitía por contacto humano. Así lo escribió en 1848, durante la segunda oleada colérica, en un documento muy avanzado para su época, Informe sobre cólera-morbo asiático, donde proclama que «los medios únicos, seguros e infalibles para impedir la introducción del cólera en cualquier país son el aislamiento, la completa incomunicación con los lugares y personas infectadas, como también con sus efectos». También proponía medidas preventivas, como hospitales de cuarentena o cierre de puertos.
Hay que tener en cuenta que, hasta medio siglo más tarde, en 1884, no se supo que la enfermedad la provocaba un bacilo, que fue bautizado como Vibrio cholerae por su descubridor, Robert Koch, el mismo que identificó la tuberculosis. Y, aunque la creencia en el contagio estaba ya muy arraigada en medicina desde el siglo XV, y aun antes, fue en el siglo XIX cuando comenzaron a extender sus ideas los llamados anticontagionistas, que defendían que las epidemias avanzaban por aguas estancadas o materiales contaminados y nunca por transmisión de persona a persona.