El juez Carballal: «Teletrabajo y en mi casa estoy como en mi despacho, siempre operativo»

E.V.PITA VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Oscar Vázquez

El magistrado lleva años ensayando el papel cero y ahora pone a prueba la digitalización de la Justicia

14 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El Juzgado de Instrucción número 4 de Vigo fue uno de los pioneros en digitalizarse y lograr el papel cero. Es de los contados en Vigo. En esta semana crítica por el coronavirus, el juez Juan Carlos Carballal y su letrada judicial han podido conectarse desde casa como teletrabajadores gracias a que cuentan con una firma digital que autentifica sus documentos. Están familiarizados a trabajar desde la distancia. «Yo estoy siempre operativo», afirma.

«Tengo teletrabajo desde hace mucho tiempo.

Trabajo mucho desde casa porque tengo acceso en remoto desde casa al sistema Minerva y a la firma digital. En casa es como si estuviera en mi despacho del juzgado de Vigo», explicó ayer el magistrado. Aclaró que «la ley no nos permite hacer todo por teletrabajo. Las declaraciones a investigados y los juicios hay que hacerlos de forma presencial. Requiere un cambio legal. Hay algunos compañeros que lo están pidiendo».

Hacer posible el teletrabajo en el mundo judicial llevará su tiempo pues no todos los secretarios tienen firma digital.

Carballal recordó que ayer una plataforma de jueces pidió acabar con el «lastre histórico» que los aferra a formas de trabajo arcaicas como el «presentismo», que obliga a los profesionales y al público a desplazarse de forma innecesaria a las sedes judiciales sin merma de las garantías.

La entrada en los juzgados queda vetada al público sin cita y se suspenden juicios

Los edificios judiciales se blindaron ayer colocando mesas y bancos en las entradas de sus oficinas a modo de barrera y evitar que los funcionarios se contagiasen al atender al público, debido al alto riesgo que supone el coronavirus. El juzgado de Guardia colocó una mesa franqueando la entrada para atender al público y garantizar el metro de distancia para hablar. Lo mismo hizo el Registro Civil que situó un banco de madera ante el mostrador para mantener la distancia mínima de seguridad. Ordenó entrar a dos o tres personas por turno y derivó a Internet para la gestión de los certificados.

En algunas oficinas de los juzgados más antiguos de la calle Lalín, solo atendieron a través de una ventanilla acristalada.

Personal de seguridad y funcionarios filtraron la entrada en los sedes judiciales y solo pudieron acceder los ciudadanos que llevasen una citación previa y mostrarla como justificante.

La Quinta Sección de la Audiencia de Pontevedra pegó carteles en sus salas liberando a los abogados de usar la toga. Prohíbe el acceso a sus dependencias a cualquier persona ajena. Acordó suspender los juicios previstos la semana siguiente porque no localizaron a un acusado o porque lo solicitaron las partes.

Las tres juezas de lo Penal de Vigo se reunieron de urgencia ayer y acordaron pedir la suspensión de 30 juicios previstos la próxima semana. Solo celebrarían las causas con preso en prisión provisional. Una razón fue la alarma sanitaria causada y el hecho de que muchos fiscales ya no pueden acudir a los juicios porque tienen asuntos personales pendientes o el deber inexcusable de cuidar de sus hijos.

La jueza de Primera Instancia número 10 también acordó una medida similar de aplazamiento. Y los juzgados de instrucción suspendieron las videoconferencias, declaraciones y juicios.

Finalmente, el Poder Judicial decretó servicios mínimos en toda España, por lo que se suspenden los juicios y toda la actividad ordinaria. Se atenderán internamientos urgentes, licencias de enterramiento, nacimientos y bodas, EREs y causas con preso.