Vigo se apunta al bum de la fotografía infantil

L.Míguez VIGO

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

Desde el vientre materno pasando por sesión especial en Navidad, por el primer cumpleaños o imágenes en exteriores, en la ciudad existen decenas de profesionales y aquí te enseñamos algunos de los mejores.

04 mar 2020 . Actualizado a las 22:28 h.

Anne Geddes dio el pistoletazo de salida hace más de una década pero el bum acabó llegando a Vigo. La fotografía infantil ha ido comiendo terreno en el portfolio de los profesionales de la ciudad y no pocos se decidieron a volcarse en ello. Existen decenas de opciones, así que aquí te ofrecemos algunos de los mejores fotógrafos de niños y bebés de Vigo para que elijas. 

M.MORALEJO

En el caso de Diego Gómez, el interés por la fotografía infantil arrancó casi de casualidad, buscando opciones de negocio para su pasión por las imágenes. «Hice un curso de fotografía tradicional pero me empezó a interesar el mundo del recién nacido, así que empecé a investigar y le pedí a una amiga que iba a ser madre que me prestara a su hijo para practicar. Me gustó y los padres estaban encantados», recuerda este profesional, que se enfocó hacia este mundillo hace ya cinco o seis años. 

Diego Gómez

En aquel entonces no había tanta formación específica, aunque sí ha proliferado en los últimos años y por ello intenta siempre actualizarse. Además, también ejerce labor de profesor: realiza sesiones personalizadas de formación en fotografía de recién nacidos. 

«Paciencia es la palabra clave para este tipo de imágenes, hay que respetar sus necesidades, sus horarios, sus ritmos, ir con mucha calma y sin forzar nada. El bebé es el que te marca los tiempos, el que te dice cuándo puedes moverlo, cuando hay que parar un poco», explica este profesional, que necesita entre tres y cuatro horas para realizar las sesiones, aunque solo una hora suele se propiamente de fotografías.

Lo ideal para este tipo de imágenes, que proliferan por la ciudad en los escaparates de los estudios, es que los bebés tengan entre 5 y 12 días de vida, porque conservan aún la pose fetal, no tienen cólicos, tienen un sueño muy profundo y aún están aletargados. 

Diego Gómez

«Los padres quedan encantados con la sesión, la verdad es que muy mal hay que hacerlo para que no les guste una foto de su pequeño», comenta entre risas Diego Gómez quien asegura que un 75% de su trabajo es con recién nacidos. El paquete estándar para ellos ronda los 250 euros y el seguimiento anual, con tres o cuatro sesiones y una con una tarta por su primer cumpleaños, ronda los 430. Para garantizar hueco hay que reservar fotos en el tercer trimestre del embarazo «cuanto antes mejor».

La naturalidad como religión

Para Ruth Faria, con estudio en la céntrica Elduayen, la naturalidad es la base del éxito para que sus sesiones de fotografía de bebés y niños haga babear a toda la familia. Empezó en el sector hace más de 20 años y desde hace seis trabaja en su propio estudio, en el que los niños son los grandes protagonistas. Luz natural, un espacio amplio donde jugar y moverse y buena conexión con la fotógrafa son las claves de su trabajo. 

Ruth Faria

«Empecé a hacer fotografía infantil y luego me interesé por la de recién nacidos e hice muchos talleres. Mi foto es muy natural, creo que es el bebé o niño el que marca los ritmos. Intento que los padres puedan ver la imagen y reconocer en ella a su hijo, no tanto posado con el mismo atrezo y el bebé disfrazado», explica esta profesional, que ofrece sesiones infantiles desde 95 a 230 euros y paquetes de seguimiento del primer año por 360. 

Ruth Faria

Por su estudio pasan en igual proporción bebés como niños, sobre todo menores de cinco años. Esas sesiones divertidas, en el que el pequeño juega y hace «lo que le apetece», son las que le permiten conectar con los pequeños y sacar imágenes muy naturales. «Los peques están hasta el cogote de fotos de móvil, para ellos no es algo divertido, así que les digo a los padres que les cuenten que aquí vienen a jugar. Busco que todo sea natural, no preparo escenario, los personalizo según el niño y su familia, uso luz natural, no uso flashes fuertes... » comenta Ruth Faria. Su éxito hace que los niños de comunión necesiten por lo menos siete u ocho meses de antelación para reservar sesión o incluso lo hagan de un año para otro. 

«Cuando llevas tiempo en esto, los padres prefieren a alguien que sea ya conocido», comenta la fotógrafa, que solo monta escenarios para Navidades, momento en el que hace sesiones especiales con los pequeños. 

Ruth Faria

Meses de antelación para reservar

Con quien también hay que reservar con muchos meses de antelación es con Myriam Beneyto, que afirma que tiene la agenda ocupada para los próximos cinco meses. En su caso la fotografía infantil llegó de la mano de las parejas a las que retrataba en sus bodas y que luego querían que también incluyera a las nuevas incorporaciones. «Según formaban una familia surgía la necesidad de conservar momentos únicos. Creas un vínculo muy especial con los años, pasando de ser la fotógrafa de su boda a la encargada de atesorar los grandes momentos familiares», explica esta profesional.

Myriam Beneyto

Las fotos que más se demandan son reportajes familiares en exterior. «Hay que saber conectar con los niños. Que se lo pasen muy bien y que disfruten, sin dejar de ser ellos mismos». Los precios de las sesiones arrancan en 200 euros. 

El mismo precio de partida ofrece la fotógrafa Belén Fernández Núñez, que se inició en el mundo de la publicidad en el 2004 y fue su estancia en Chile la que la enfocó hacia el de las familias.  «Lo mío no es la foto de estudio, todo es muy natural, aprovechar el momento del baño, mientras cocina la familia toda junta, en casa con sus juguetes. Me gusta que estén en un espacio real, por lo que voy mucho a las casas de las familias», explica esta fotógrafa, que busca la naturalidad en todas las imágenes.

Belén Fernández Tapias

En el paquete se incluye una hora y media de sesión, cinco impresiones y todas las imágenes editadas que hayan salido de la sesión. «Hago desde recién nacidos a fotografía de comuniones y otros eventos, pero nada de posados, no es mi estilo», asegura Belén Fernández. 

Belén Fernández Tapias