La Policía renuncia a investigar la mitad de las estafas por Internet

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

cedida

Muchos países no contestan a los requerimientos de la Interpol para pillar al delincuente

14 abr 2020 . Actualizado a las 14:56 h.

Una señora mayor de Vigo se encaprichó de un buldog inglés muy gordo que vio por Internet y pagó por adelantado una barbaridad pero cuando le llegó la mascota recibió un can de palleiro flaco. Otro cliente compró on line un smartphone de última generación y le mandaron un ladrillo. A otros, una pastilla de jabón o un móvil viejo y roto. Son ejemplos de denuncias tramitadas en Vigo. La mitad de estos timos y desfalcos en Internet quedan impunes. En total, en los últimos 14 meses se han denunciado 1.871 ciberestafas en Vigo pero solo se han investigado 887, un 48 %..

La comisaría de Vigo ha renunciado a emprender 984 investigaciones de ciberestafas porque la brigada de delitos telemáticos siguió la pista a los delincuentes hasta países que nunca colaboran con la Interpol ni con los jueces españoles. La policía ve «imposible» perseguirlos y desiste. Muchas autoridades extranjeras ni se molestan en contestar a los requerimientos para localizar al timador que opera desde un ordenador en su casa en Europa del Este, África o Latinoamérica. Dichos países alegan que el botín es irrisorio, de 20 a 80 euros.

Este problema tiende a agrandarse porque, en Vigo, los 1.665 cibertimos contabilizados en el 2019 supusieron el 16 % de las 10.352 denuncias tramitadas. Uno de cada seis delitos ya es por Internet y la mitad queda sin resolver por falta de colaboración.

En el 2019, la comisaría de Vigo tramitó 664 denuncias por estafas con tarjeta de crédito o débito o con cheques de tipo grave y otras 1.001 de carácter leve. Las graves son por botines que superan los 400 euros o incluyen la usurpación de identidad, robo con fuerza, amenazas o intimidación. Los leves son por botines menores de 400 euros.

En total, la comisaría de Vigo registró el año pasado 1.665 denuncias por ciberestafas pero solo investigó 752. El restante 54,8 % quedaron impunes porque, según un experto policial, es «imposible» seguir el rastro a los ciberdelincuentes que operan desde países que no cooperan con la Interpol. Aunque las autoridades de Vigo envíen requerimientos esos países no tienen los recursos occidentales o solo los atienden si son estafas cuantiosas o delitos de sangre. Un experto recuerda que el gigante Google, asentado en Estados Unidos, tardó año y medio en enviar a la policía de Vigo los datos del teléfono del sospechoso de asesinar a Ana Enjamio, ahora condenado a 31 años de cárcel. «No podemos gestionar nada porque los autores operan desde países que no colaboran», dice un experto.

La situación ha mejorado este año. Entre el 1 de enero y el 21 de febrero, la comisaría de Vigo tramitó 69 denuncias por ciberestafas graves y 137 leves. Del total de 206 denuncias presentadas en las primeras siete semanas del 2020, los agentes investigaron 135 y el 34 % restante se desechó y quedan impunes.

En el 2020, el ritmo de ciberestafas se está frenando. El año pasado hubo una media de 4,56 denuncias al día mientras que en el actual ejercicio, cayó a 4 casos por jornada. Pero, como señala un experto policial, el futuro no es halagüeño: «Antes bajabas de casa a comprar en el ultramarinos y en la mercería del barrio, y ahora haces todas esas gestiones desde Internet. Los delitos que más hay son los que tienen relación con las compras on line con tarjeta, es un campo muy amplio y vasto porque el mundo real se ha volcado en Internet».

Casi 2.000 vigueses denunciaron timos y desfalcos en la Red en los últimos 14 meses

El 40 % de los ciberdelitos se podrían prevenir con formación y sentido común

La brigada de estafas y delitos económicos de Vigo, que investiga los cibertimos, ha clasificado hasta nueve métodos distintos que usan los delincuentes para engañar al cliente para que le envíe su dinero por Internet.

Otro capítulo son las compras on line donde el cliente recibe un aparato que no funciona, no lo pidió o no le mandan nada. El delincuente nunca acepta el envío contra reembolso y manda un paquete por correo con una pastilla de jabón o un móvil viejo porque, si lo pillan, puede presentar el albarán de entrega y alegar que el denunciante miente.

Otro timo habitual es el fraude con tarjetas. El delincuente se apodera del número y hace compras cuyos cargos recibe el perjudicado. Algunos son engañados para dar sus cifras de seguridad y luego reciben facturas por compras desde el Magreb o África del Este, que jamás visitaron. «Algunos de estos países no tienen bases de datos ni de su propia gente. Allí es complicado seguir la pista», dice un experto.

El phising es otro clásico, en el que una falsa web engaña al usuario para que revele la contraseña de su cuenta bancaria, que luego vacían. También inyectan programas troyanos para espiar las operaciones del afectado en su ordenador y robarle su dinero. En otra modalidad, la víctima recibe un correo que le ofrece comprar una mina de oro a precio de ganga o cobrar una herencia de un familiar de Argentina, aunque primero debe adelantar 800 euros por los gastos de gestión. «El 40 % de los ciberdelitos de Vigo se podrían prevenir con formación y sentido común», afirma un experto policial.