Un efecto llamada para los vehículos

Antón lois AMIGOS DA TERRA VIGO@TIERRA.ORG

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

El túnel de la calle Elduayen evitará los obstáculos disuasorios que existen en los centros de las ciudades

17 feb 2020 . Actualizado a las 22:40 h.

Hoy queremos aportar algunas consideraciones al proyecto del túnel de Porta do Sol. Pero antes, permitanme presentarles una receta de cocina (matizando que presentarla no quiere decir en absoluto recomendarla): se llama manteca asada. Insertamos las piezas de manteca en un espetón de madera (no de hierro) y la recubrimos con una capa de pan rallado y azúcar que actuará de aislante al caramelizarse; de esta forma la superficie queda tostada y crujiente sin que se licúe el interior cuando la metamos al horno, unos minutos a fuego fuerte lateral, nunca por debajo.

Dicho esto, confundir liberar de coches el centro de las ciudades con meterlos por un túnel responde a la misma lógica que confunde limpiar con esconder la basura bajo la alfombra. El problema es que en Vigo, con 200.000 vehículos (la mayor densidad de las ciudades del Estado) y con unas emisiones de 600.000 toneladas anuales de CO2 (dos toneladas por habitante) derivadas de ese tráfico, ya no tenemos alfombra bajo la que esconder el problema general, pero en el caso concreto de Porta do Sol no solamente se reducirá el problema sino que con toda probabilidad aumentará.

No es nada nuevo y este efecto está ampliamente documentado. Consiste en lo siguiente: circular por el centro de las ciudades ofrece muchos obstáculos a los vehículos, semáforos, pasos de peatones, dificultades de aparcamiento, calles estrechas, etc. Estas dificultades actúan como efecto disuasorio. Un túnel evita estos obstáculos y produce un efecto llamada que se traduce en un aumento del tráfico. Eliminar tráfico en superficie con vías de alta capacidad subterráneas es como pretender curar un coma etílico a base de lingotazos de whisky. Por lo tanto, tendremos más coches en los viales de entrada y salida del túnel, incremento que a su vez lleva consigo más emisiones de CO2, más contaminación acústica y mayor inseguridad vial y el mismo aumento soterrado en el túnel porque aunque no lo veamos allí estará.

No olvidemos otro detalle. ¿Dónde se instalarán las salidas de humos de ese tráfico subterráneo? O bien salidas directas en la propia Porta do Sol o bien sistemas de ventilación que saquen esos gases contaminantes por ambas bocas del túnel. La contaminación y las emisiones de CO2 aumentarán pero, eso sí, más concentradas, las desplazaremos unos metros. Mitigar esto solo se conseguiría con un incremento del arbolado de gran porte, pero con un túnel debajo difícilmente se podrá plantar otra cosa que lindas macetas, a menos que los árboles desarrollen raíces aéreas y ya sabemos del cariño municipal hacia los árboles grandes, y pequeños.

Hablando de árboles, ahora sabemos que se propone hacer todavía más largo el túnel hasta el paseo de Alfonso. Miedo nos da lo que puede suponer eso para el olivo emblemático de Vigo, que inevitablemente será afectado. Eso sí, en las infografías del prodigio hemos visto que está previsto, cómo no, poner también rampas mecánicas en Porta do Sol (más CO2). A estas alturas ya habrán deducido que estamos totalmente a favor de la peatonalización, pero en contra de ese túnel, como toda la tribu ecologista, como parte de la oposición municipal, como la asociación Vigo Histórico, que argumentadamente se opone a este proyecto como debe ser: planteando alternativas que coinciden con lo que ya se está haciendo en muchas ciudades y con los criterios que parten de los principios de movilidad sostenible de la Unión Europea que, además de desconocer este proyecto (en contra de lo que se nos dijo), prioriza sacar coches, no esconderlos.

Quizás no encuentren ustedes la relación entre esto de la movilidad sostenible, las zonas de bajas emisiones de CO2 y sacar (no esconder) los coches del centro de las ciudades con la receta del principio, pero la tiene. Afirmaba el alcalde de Vigo (septiembre de 2015) que hacer un túnel en Porta do Sol era una idea tan absurda que, sic, «ni al que asó la manteca se le ocurre». Vista su ocurrencia, ya tenemos receta. Pero tengamos en cuenta que, como la propia idea del túnel, la manteca asada es perjudicial para la salud.