La comisaría reestructura su brigada de estafas para luchar contra el ciberdelito

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.Moralejo

Uno de los jefes de la Policía Judicial de Vigo dirige ahora en Madrid la Unidad Central contra el Fraude Informático

25 ene 2020 . Actualizado a las 16:50 h.

La comisaría de Vigo está reestructurando el grupo policial que investiga las estafas para adaptarla a los nuevos tiempos y prepararla contra el ciberdelito, un tipo de delincuencia que preocupa al comisario jefe, Luis Gallego, el cual se jubilará el 19 de marzo. Ve necesaria la implicación de la seguridad bancaria y alerta del «agujero» que supone que muchos compradores ignoren el riesgo de dar su número de tarjeta en Internet. Admite que hay delitos fáciles de resolver porque el ciberestafador deja su huella digital pero otros «no tienen recorrido» y no se esclarecen porque actúan desde el extranjero.

Un comisario que dirigió la policía judicial de Vigo, José García Serrano, es ahora el número uno de la Brigada Central de Fraude Informático de la Unidad Central de Ciberdelincuencia.

Luis Gallego, en los actos celebrados ayer por el 196 aniversario de la Policía Nacional, advirtió del repunte de heroína y de las bandas itinerantes.

M.Moralejo

«He sido gris, marrón y azul»

Horacio González, de 65 años, fue uno de los diez policías que ayer recibió un diploma en la comisaría por sus servicios, dentro de los actos de conmemoración del 196 aniversación de la creación de la Policía Nacional. Al acto asistieron el alcalde y la subdelegada del Gobierno, entre otras autoridades. Comenzó como policía municipal de Vigo y luego entró en la Policía Armada. «He sido gris, marrón y azul», comenta, en relación a los sucesivos uniformes de la Policía Nacional, donde sirvió 41 años, casi siempre como patrullero. «Un buen policía se forma en el 091, muchos jefes fueron alumnos míos», dice. Las balas le silbaron en la oreja en un atraco en Peniche, sacó a un anciano a hombros de su casa en llamas y rescató a un secuestrado en A Ferrería cuando le serraban el cráneo.