begoña r. sotelino
Si hace 20 años los Reyes Magos nos trajesen una prenda con el lema Vigo es top bien grande en la pechera, acabaría en el mismo estante del armario donde se estiban las camisetas «de dormir». El alumbrado navideño local se ha convertido en una bola de nieve que engorda en un ovillo a cuyo núcleo de cables de luces LED se le van pegando elementos. Por ejemplo, los productos manufacturados en Vigo.
Cuando los turistas llegan a una ciudad siempre vuelven a casa con algún recuerdo de la visita. Los que descubren Vigo durante estas fechas demandan souvenires del lugar en el que han estado. Para saciar esa sed el Concello ha instalado varios pedestales para hacerse selfis con las letras de Vigo detrás. Pero ya no es suficiente. El negocio se ve a la legua y cada vez son más los emprendedores con ideas para envolver Vigo con papel de regalo y ponerle un lazo.