Las cámaras que grabaron a la esclava sexual de Vigo eran de circuito cerrado

J.R. VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Óscar Vázquez

La investigación policial concluye que las imágenes las usaban la acusada y su marido

13 ene 2020 . Actualizado a las 13:26 h.

El anuncio en Internet ofertaba un trabajo de asistenta en régimen de interina en Vigo para cuidar a un niño. Concretamente en el número 190 de la avenida de Castrelos. El matrimonio que ocupaba el noveno piso ejercía de demandante y una mujer de Nicaragua fue la última solicitante conocida. Ocurrió en la primera semana de octubre. La candidata apenas tuvo que pasar una entrevista para ser contratada, y la letra pequeña se conoció a las pocas horas. El trabajo implicaba el uso de ropa interior con pose insinuante mientras se limpiaba el inmueble. Una completa red de cámaras repartidas a lo largo de la vivienda ponía luz y taquígrafos a las escenas subidas de tono y representadas en privación de libertad, ya que la víctima fue encerrada en el piso contra su voluntad.

La tesis policial inicial indicaba que las grabaciones se difundirían en Internet para obtener una ganancia económica. La realidad desmonta esa hipótesis y da por probado que las grabaciones eran para uso personal de la misma pareja que planteó el anuncio en la Red. Pero la asistenta reconvertida en esclava sexual logró escapar a la primera ocasión que tuvo. Denunció los hechos y la Policía Nacional, tras corroborar la verosimilitud de la información aportada, judicializó la investigación para lograr una orden de entrada y registro en pocas horas. La gran sorpresa aún estaba por llegar. Él, gallego y de unos 35 años de edad, se lanzó por una ventana de su casa, en el noveno piso, al ver a los policías. Murió a las pocas horas a causa de las lesiones.

Su viuda, de unos 46 años de edad y también en el piso junto a un menor de 5 años, fue detenida allí mismo. Los agentes incautaron material informático y supervisaron la red de cámaras repartidas por la vivienda. Ahora, dos meses después, se considera un caso cerrado al concluirse que dicha red interna de cámaras no se conectaba a otra exterior, sino que se trataba de un circuito cerrado para, presuntamente, el uso personal de esta mujer y de su pareja. La Policía Nacional considera probado que ella ayudó activamente para obtener los vídeos a base de coacciones, al igual que el Juzgado de Instrucción número 1 de Vigo que ordenó su ingreso en prisión provisional. El auto judicial expuso el reguero de delitos que se le imputan: detención ilegal -artículo 166, que implica un mínimo de 15 años entre rejas-, agresión sexual, abuso sexual y amenazas graves.

Extranjeras sin documentación en regla

La mujer de Nicaragua que acabó de esclava sexual contra su voluntad no fue la única que cayó en la trampa del matrimonio investigado. Están constatados otros dos casos anteriores que ahora se han podido relacionar. En todos, aclaran en la investigación, se da la circunstancia de ser mujeres procedentes de Latinoamérica que no tienen todos los papeles de residencia en regla, situación que la investigada y su viudo utilizaban contra ellas una vez encerradas en el piso. La mujer cuya denuncia destapó la realidad del anuncio de cuidadora se encuentra en un centro de acogida a la espera de resolver su situación.