Vigo estrena los semáforos para bicicletas en Camelias y Venezuela

a.martínez VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Oscar Vázquez

La apertura de la senda hasta la Gran Vía incorpora nuevas medidas de seguridad

05 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El Concello abrió ayer el carril bici a su paso por las calles Camelias y Venezuela y con él los primeros semáforos para ciclistas de la ciudad. Esa regulación forma parte de las medidas de seguridad con las que está dotada la senda ciclista para reducir al mínimo las posibilidades de sufrir un accidente.

Cuando la vía para bicis y patinetes esté completada, cubriendo los diez kilómetros existentes entre Teis y Samil, habrá un total de 150 semáforos exclusivos para ciclistas. «Nos esforzamos en las medidas de seguridad para minimizar el riesgo de accidentes», valoró ayer el alcalde, Abel Caballero, que se subió a una bicicleta en la calle Venezuela para inaugurar la senda, junto con la presidenta de la Diputación, Carmela Silva.

De hecho, en todas las intersecciones, el carril se pone de color rojo para advertir de la zona de peligro. La vía está separada además por tacos de plástico reflectantes que la aíslan del resto de la calzada. De esta forma, se evita que haya una convivencia de los vehículos a motor con las bicicletas o los patinetes. Estos tacos están colocados separados a una distancia de un metro entre sí, pero al llegar a un cruce se estrecha hasta el medio metro, de forma que este incremento de la densidad también es una advertencia para los usuarios.

El carril está dotado con un total de 200 señales marcando las intersecciones. Cuenta además con 130 vados con señales pintadas en los carriles para prestarles atención. En las zonas peatonales, el carril bici está marcado mediante luces.

Antideslizantes

La obra ha prestado especial atención al suelo antideslizante, que cuenta con cuatro capas. En los vados está más reforzado para evitar el desgaste por la acción de los coches. Abel Caballero valoró ayer que el carril bici ayudará a la socialización y a que las zonas por donde pasa sean más visitadas. «Los comercios funcionan mejor porque es más fácil aparcar una bici y durante el recorrido la posibilidad de hacer compras es más elevada».

El proyecto constructivo cuenta con un presupuesto cercano a los 4,5 millones de euros. La Diputación de Pontevedra aporta 3,5 millones, mientras que el coste para el Concello es de 953.000 euros.