Del tintero a la tableta en 70 años

Begoña Rodríguez Sotelino
b. r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

El colegio O Pombal, primera escuela pública graduada de Vigo, recuerda cómo era al celebrar su anivesario

25 nov 2019 . Actualizado a las 09:53 h.

El CEIP Plurilingüe O Pombal de Vigo festejó ayer por todo lo alto el 70 aniversario de un centro moderno que hoy es el único vigués que tiene en funcionamiento un plan que facilita la convivencia y mejora el tráfico gracias a que los alumnos van a clase arropados por voluntarios de la comunidad escolar.

En el evento, que duró todo el día (por la mañana para alumnos y familias y por la tarde con actos abiertos a todo el público), hubo desde música de gaitas, baile tradicional, disparos de pistolas cargadas de confeti, reparto de piruletas, exposición de objetos escolares antiguos y el entierro de una cápsula del tiempo en el jardín (en la que metieron orlas de todos los cursos, fotos de los profes y del Celta, ejemplares de periódicos y la  letra da canción conmemorativa). También hubo una apropiada suelta de palomas, ya que pombal significa palomar en castellano, así que fue una escenificación gráfica y natural de su nombre. La celebración se completó con charlas y proyecciones que ayudaron a reconstruir la rica historia del centro que dirige Rocío Carballeda, nombrado Vigués Distinguido en la última edición de los premios.

Ramón Iglesias dio una pequeña charla sobre el edificio de estilo regionalista que alberga O Pombal, que fue construido por Antonio Cominges, arquitecto vigués que también firmó construcciones como el Instituto Santa Irene, la sede social de Abanca o la iglesia de Fátima. El centro, primera escuela pública graduada de Vigo que sustituía a las escuelas unitarias, se inauguró en 1949 con la denominación de Colegio Nacional Mixto Pombal. Estaba formado por un único edificio de dos plantas distribuido en diferentes alas.

Entre las visitas de la jornada destacó la presencia de la escritora Ledicia Costas y el artista Raúl Velloso. El poeta Antonio García Teijeiro no pudo asistir, pero los tres apadrinaron sendas aulas del colegio que desde ayer llevan sus nombres.

Alumnos «jardineros»

El Pombal experimentó mejoras que permitieron su supervivencia hasta hoy, que acoge a casi 350 alumnos de infantil y primaria. Poco después de su inauguración los alrededores fueron ajardinados «valéndose do alumnado maior, que plantou as árbores do recinto e da rúa que remata no colexio e leva o seu nome. Coñecidas como plátanos de sombra», estas grandes árbores agasallan cunha tupida alfombra sobre a que xogar no outono», recuerda el profesor Daniel García. El maestro recalca que lo que permitió la supervivencia del centro fue la progresiva ampliación de sus instalaciones para responder a la demanda. El aumento de la población del barrio de Lavadores que lo acoge obligó a añadir un piso al edificio. En los 80 se puso en marcha otro más ganando capacidad, configurando la forma actual del Pombal del siglo XXI, nacido con el afán de hacer una gran labor educativa