Regenta dos locales de referencia en Vigo y dirige la formación de los futuros catadores gallegos
17 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.De pequeño, en la casa familiar de O Carballal, en la localidad boirense de Escarabote, seguía con curiosidad los pasos que daba su tío abuelo, desde que recogía las uvas hasta que les extraía el zumo para su posterior conversión en vino. De chaval, decidió probar suerte laboral detrás de una barra, una experiencia que le gustó. La fusión de aquellas estampas de la niñez y de la pasión por la hostelería forjaron al Juan Figueroa Treus actual, un sumiller que desarrolla su actividad desde dos frentes: a nivel empresarial, regentando dos locales en Vigo que han conseguido colarse entre los referentes de la ciudad en lo que a degustación de vinos se refiere, y a nivel formativo, ejerciendo como tutor y profesor en el Ingavi (Instituto Galego do Viño).
El Juan Figueroa que nació primero fue el empresario. Hace una década montó en el casco viejo de Vigo el Lume de Carozo, un restaurante tapería que en poco tiempo logró convertirse en parada obligada para los amantes de los buenos caldos. Esta faceta emprendedora continuó con O Difunto do Cantamañanas, un local que no tuvo el éxito esperado y cerró al año de su apertura, y con Sinatra, un singular establecimiento que, pese a ser una coctelería, permite a los clientes degustar vino y champán durante toda la noche.
En busca de conocimientos
Fue su primera aventura empresarial, el Lume de Carozo, la que abrió al boirense las puertas de la rama formativa, primero como estudiante: «A miña muller, Raquel, é unha gran cociñeira, que fai mestura de pratos do mundo cos típicos de Galicia, e eu tiña que poñerme á súa altura. Ademais, entendía que non podía estar detrás dunha barra sen ter coñecementos sobre o mundo do viño».
A medida que realizaba el curso superior de sumiller y que ampliaba su formación con seminarios en Barcelona, Marbella o Londres, la pasión por el mundo del vino iba en aumento: «Empecei a darme conta da historia que hai detrás dos viños, que forman parte da cultura galega, e empecei a namorarme. Neste mundo sempre somos eternos ignorantes e canto máis estudas máis grandes son as portas que se abren. Por iso engancha, porque nunca paras de aprender, pois sempre xorden zonas novas e formas diferentes de elaborar os caldos».
Figueroa Treus quiso contagiar su pasión por el vino, compartir sus conocimientos. Y se convirtió en profesor y tutor del Curso Superior de Sumiller Profesional que se imparte en el Ingavi, el único centro formativo de esta rama existente en Galicia, que además está considerado uno de los mejores de España. Él se encarga de varias materias (cata de vino, análisis sensorial y geografía vitivinícola), pero también dirige los pasos de los 25 alumnos que cada año asisten a este curso, que se extiende más allá del mundo del vino: «Todos os anos temos alumnos de Estrella Galicia ou de diferentes empresas de café, porque a profesión de sumiller abarca outros moitos produtos, incluso aceite ou pan».
Derroche de optimismo
Mediante un convenio de colaboración firmado entre el Ingavi y Abanca, el boirense también difunde la cultura del vino por toda Galicia, ofreciendo talleres dirigidos a aficionados: «Falamos dos viños de distintas procedencias, sempre co fin de que a paixón por este mundo vaia medrando e que eses novos sumilleres teñan máis futuro laboral. Trátase de ir creando unha espiral de consumo e demanda».
Convencido de la necesidad de seguir trabajando, Juan Figueroa considera que Galicia está muy bien situada en este sector: «Somos presente e futuro do viño a nivel mundial; non nos podemos durmir, pero está claro que somos unha gran potencia. Agora lévanse os caldos frescos e aquí temos un clima atlántico que fai posible que os nosos viños teñan esa frescura».
Y en ese contexto prometedor de Galicia, sitúa también a Barbanza, con sus Viños da Terra: «É certo que o feito de ter unha indicación xeográfica protexida e non unha denominación de orixe non favorece, pero esta comarca ten un futuro impresionante no sector do viño. Hai algunhas adegas desta zona que xa están empezando a destacar e penso que é o momento de poñer en valor os caldos de Barbanza e de defendelos con forza».