El fiscal acusa a un aduanero y un empresario de ahorrarse 3 millones en aranceles
31 oct 2019 . Actualizado a las 21:13 h.Cogían pollo congelado de Brasil con hueso y lo pasaban de contrabando como pechugas sin hueso para pagar menos impuestos en la Zona Franca de Vigo en el 2010. Se ahorraron 3 millones de euros en aranceles y ahora, el Juzgado de lo Penal número 2 de Vigo, prepara el juicio para el 28, 29 y 30 de noviembre. Están acusados un empresario, un aduanero y cinco importadoras.
Llegaron a pasar de contrabando, según el fiscal, 142 partidas de pollo congelado de Brasil que pesaban 1,7 toneladas. Solo 13 partidas respondían a la realidad. El aduanero era el presunto cómplice que hacía la vista gorda.
En el banquillo se sentarán A.A.P., administrador de dos empresas de Vigo dedicadas a la venta de carne y aves desde un almacén frigorífico de Vigo, y F.H.M., un funcionario interventor de la Zona Franca. En total, la Fiscalía pide para el empresario cinco años de cárcel como supuesto autor de una falsificación de documentos oficiales y por el contrabando. Para el funcionario solicita dos años de prisión (sin ingreso) por cooperador necesario y su inhabilitación para trabajar en aduanas. Deberán devolver los 3 millones.
La trama de contrabando consistía en una red que declaraba que compraba carne sin hueso para exportar a Europa porque dicho producto tenía aranceles más baratos que el pollo con hueso, que era el que no declaraban pero que pasaban furtivamente por el recinto franco de Vigo.
Los aranceles son impuestos que impone un país para gravar las mercancías extranjeras. El caso más reciente es la subida de aranceles que ha impuesto Estados Unidos a los artículos foráneos que cruzan sus fronteras para que no sean tan competitivos respecto a los productos nacionales. La Zona Franca de Vigo es un lugar aduanero que otorga ventajas fiscales para los exportadores e importadores.
Los implicados quisieron burlar estos aranceles y usaron el truco de hacer pasar un tipo de pollo con hueso como si no lo tuviese, para reducir los impuestos a pagar. Con esta argucia, dice la Fiscalía, supuestamente, se ahorraron 3 millones de euros.
También están encausadas cinco empresas como responsables civiles. Dos de ellas tenían domicilio fiscal en la Zona Franca de Vigo. Una era la compradora de la carne en origen, en Brasil, y la otra, radicada en Balaídos, tenía el papel de importadora. Otras tres firmas operaban desde la provincia de Madrid. Dos de ellas eran importadoras y operaban desde Móstoles. La quinta tenía sus sede fiscal en Villanueva de la Cañada y el domicilio fiscal en Pozuelo de Alarcón. Las empresas simulaban hacerse compras pero sin facturas reales.
La trama funcionaba de la siguiente manera. El implicado que administraba la importadora en Balaídos contaba con un intermediario. Se trataba de un cómplice que hacía la factura con la descripción de la mercancía, que no venía detallada en origen. Esta constaba de forma vaga y sin especificar si los trozos de pollo eran con o sin hueso, con el fin de evitar comprobaciones y cotejos en aduanas. Esta argucia servía para colar el pollo con hueso pero pagando menos impuestos.
Una vez que la mercancía llegaba al puerto de Vigo y entraba en la Zona Franca, uno de los implicados extendía recibos en el almacén de las oficinas de Balaídos. El acusado cubría también de forma fraudulenta el Documento de Entrada en la Zona Franca (DEZF), donde se identificaban los palés, bultos, la matrícula del contenedor y el tipo de mercancía. Pero hacían constar un tipo de artículo en forma mendaz ( pollo con hueso, en vez de sin hueso) o bien productos genéricos para evitar problemas en la salida para la importación.
Funcionario
En el momento en que el principal acusado pretendía sacar la mercancía de la Zona Franca para importación, emitía el Documento Único Administrativo (DUAS) en el que describía una mercancía que no se correspondía con la que pretendía sacar. Así, dice el fiscal, hacía constar «mendazmente» pollo sin hueso y le asignaba un arancel mucho menor al que correspondía. Para obtener el levante del DUA, el acusado, supuestamente, contó con la connivencia y colaboración de un funcionario técnico de aduanas, el cual, no hacía ni una mínima comprobación de las facturas ni abría los bultos para verificar que los artículos eran reales.
El administrador de una frigorífica con almacén en Balaídos afronta cinco años de cárcel
La red compraba en Brasil y contaba con la ayuda de tres empresas radicadas en Madrid