Nace un titán de la automoción mundial: PSA y Fiat Chrysler confirman su fusión

VIGO CIUDAD

PSA

Vigo será parte del cuarto grupo automovilístico del mundo. El sector confía en las sinergias para fabricar nuevos modelos y abaratar el eléctrico

01 nov 2019 . Actualizado a las 16:13 h.

No habrá ningún cierre de fábricas. Así lo asegura PSA. La fusión del grupo francés fabricante de Citroën, Peugeot y Opel, que tiene en Vigo una de sus factorías más importantes de Europa, y el consorcio italo-estadounidense Fiat-Chrysler (FCA) convertirán al nuevo conglomerado en la tercera compañía automovilística del mundo (la cuarta si se tienen en cuenta las alianzas de Renault con Nissan y Mitsubishi), con 8,7 millones de coches al año, por detrás de Toyota, y Volkswagen.

Ambos grupos confirmaron este jueves un rumor que llevaba desde principios de años en el sector de la automoción. La integración alumbrará una compañía con 50 fábricas en todo el mundo, entre ellas la de Vigo, Zaragoza y Madrid, con unos ingresos previstos de 170.000 millones y unos beneficios anuales estimados en 11.000 millones.

La factoría gallega seguirá jugando un papel muy importante con toda la industria auxiliar que tiene alrededor. «Con la fusión es posible que vengan a Vigo por ejemplo, furgonetas de Fiat», señala el analista Roberto Vilaboa, ingeniero consultor de multinacionales de la automoción.

En PSA no se atreven a adelantar detalles. «Las sinergias se verán más adelante», dice el grupo, que sí tiene claro que con la operación que ya está en marcha se lograrán ahorros de 3.700 millones al año. Pero no será inmediato, sino a largo plazo. Primero se invertirán 2.800 millones en mejorar las fábricas y los procesos de producción. De esta manera se lograrán inversiones a gran escala en plataformas de vehículos y tecnologías. El nuevo grupo tendrá mayor dimensión para acometer estos gastos necesarios para ser más competitivo.

PSA calcula que después de cuatro años de la fusión ya conseguirá ahorrar 2.960 millones al año y más adelante se alcanzarán los 3.700 mencionados.

La operación ha sido aprobada por el consejo de vigilancia de Peugeot S.A. y el consejo de administración de Fiat Chrysler, que han acordado «unánimemente trabajar para lograr una combinación completa de sus respectivos negocios mediante una fusión al 50 % cada uno». Es decir no se trata, como en el caso de Opel, que PSA compra la marca sino que es un matrimonio en condiciones plenas de igualdad, aunque la presidencia recaería en Johan Elkann, de Chrysler, mientras que Carlos Tavares, de PSA, sería el director general y el consejero delegado del grupo. La nueva empresa tendrá su sede en Holanda. Ambos consejos de administración dieron a los respectivos equipos un mandato «para alcanzar en las próximas semanas un memorando de entendimiento vinculante».

Una portavoz de PSA España indicó que todavía no hay fecha para la firma de la fusión porque primero hay que redactar y estudiar todos los documentos y también someter la fusión al dictamen de la Comisión Europea.

Las dos firmas señalan que la compañía resultante se beneficiará de márgenes entre los más altos en mercados donde está presente, «basados en la solidez de FCA en Norteamérica y Latinoamérica, y la de PSA en Europa». Además se combinará la «fuerza de las marcas de los dos grupos en los segmentos de lujo, prémium, vehículos de pasajeros convencionales, SUV, camiones y vehículos comerciales ligeros, haciéndolos aún más fuertes».

La compañía resultante de la fusión combinará la amplia y creciente experiencia de ambas compañías en las tecnologías que están dando forma a la nueva era de movilidad sostenible, incluida la propulsión eléctrica, la conducción autónoma y conexión digital. Desde el Centro Tecnológico de la Automoción, donde trabajan codo con codo con PSA en estos avances, señalan que «la fusión va a abaratar todos el desarrollo de los nuevos coches eléctricos». No obstante, hay algunas voces más pesimistas que consideran que «cuanto más grande sea la multinacional, menos visibilidad para nosotros, y más competencia global», explica un industrial del sector.

Dividendos

Con la fusión, Fiat Chrysler promete repartir 5.500 millones en dividendos especiales y PSA distribuirá el 46 % de sus acciones en Faurecia. El presidente de PSA, Carlos Tavares, explicó que «esta convergencia crea un valor significativo para todos los accionistas y abre un futuro brillante. Estoy satisfecho con el trabajo realizado hasta ahora con Mike Manley (consejero delegado de FCA) y estaré muy feliz de seguir trabajando con él para construir juntos un grupo grande».

Por su parte, Manley señaló que «esta agregación tiene el potencial de cambiar el sector. Tenemos una larga historia de cooperación exitosa con PSA y estoy convencido de que, junto con toda nuestra gente, podemos crear una empresa líder mundial en movilidad».

La nueva empresa matriz con sede en los Países Bajos cotizaría en Euronext (París), la bolsa italiana (Milán) y la de Nueva York. Este nuevo proyecto de fusión se produce después de que Fiat hace unos meses presentase una oferta para unirse con Renault, y que fracasó debido a la falta de apoyo del Gobierno francés y de su socio Nissan. Ahora el Ejecutivo galo sí respalda la operación.

Feijoo se muestra esperanzado y los sindicatos, cautelosos

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, señaló que la fusión representa tanto «oportunidades como riscos» y espera que en este caso «as oportunidades superen aos riscos» y que no se deslocalice la producción sino que Vigo atraiga nuevos modelos.

Los 6.000 trabajadores del grupo PSA en Vigo se mantienen expectantes ante una operación que consideran positiva para el grupo, pero que podría tener consecuencias para el empleo. «El próximo 15 de noviembre tenemos una reunión del comité europeo. Hemos solicitado que allí nos den más detalles», dijo Santiago García Cameselle, secretario general de CC.OO. en la planta viguesa. García Cameselle señala varios aspectos positivos para el grupo, como su posible entrada en el mercado estadounidense, aspiración más fácil de concretar de la mano de Fiat.

De la misma opinión es Víctor Mariño, representante de la CUT, que habla de sinergias en la compra de materias primas, en los contratos con proveedores para abaratar costes o en la unión de diferentes centros de investigación y desarrollo que multiplicarían la fortaleza del grupo.

Sin embargo, los sindicatos, que ya vivieron la adquisición de Opel por parte de PSA en el 2017, temen por el empleo. «Antes nosotros competíamos con Madrid y las fábricas francesas, ahora competimos para la adquisición de modelos en Vigo con Figueruelas, y hay que ser más baratos, y más eficientes, y siempre nos comparan con Figueruelas y a Figueruelas con nosotros», asegura García Cameselle. El delegado de CC.OO. teme que esa competencia se pueda volver extrema con la incorporación de las fábricas que Fiat tiene en Turquía, República Checa, Serbia o India.

Ana Valiño, de UGT, acoge la noticia con «buenos ojos, pero con cautela». Explica que va a suponer un fortalecimiento del grupo y nuevas oportunidades. «Pero también hay que ser cautelosos porque no sabemos cuáles van a ser las repercusiones sobre los trabajadores».

Manuel Domínguez, de la CIG, señala que más que la fusión lo que preocupa a su sindicato y a los trabajadores es que se inicien cuanto ante las negociaciones para el nuevo convenio.