Los policías acusan el sobreesfuerzo del despliegue en Barcelona. La unidad está bajo mínimos y en el mitin de Vox solo actuó un retén de 12 agentes porque 35 descansan
04 nov 2019 . Actualizado a las 20:35 h.El regreso a Vigo de 35 antidisturbios desde Barcelona se produjo solo un día antes de que los 12 compañeros que quedaron de retén en la ciudad tuviesen que emplearse a fondo para actuar en un mitin de Vox con radicales. El incidente se saldó con dos agentes y un patrullero heridos y ha puesto en evidencia que la Unidad de Intervención y Prevención (UIP) está bajo mínimos. «Los tres heridos reflejan la situación actual, que lo que pasa en Cataluña compromete la seguridad en toda España. Lo normal es que, en vez de doce agentes, en el mitin de Vigo haya veinte», dice el portavoz en Galicia del Sindicato Unificado de Policía (SUP), Roberto González. Pide mayor planificación de los dispositivos y más medios.
La dureza de un mes repleto de conflictos lleva a varios sindicatos a avisar de que la UIP está «mermada». En Vigo hay cien hombres pero 73 están desplegados en Cataluña. Doce quedaron de retén en Vigo y el resto está de baja. Volvieron 35 de Barcelona a descansar y en unos días vendrá el resto.
La alarma ha saltado porque las cargas del jueves en Jacinto Benavente fueron duras y había poco personal para dispersar a 300 antifascistas y feministas concentrados sin autorización ante el Auditorio Mar de Vigo. Querían reventar el mitin de Vox y cortaron el tráfico y apedrearon al cordón policial. Les apoyaron patrulleros de la UPR. Hubo 70 identificados y un joven fue detenido por atentado a la autoridad. Le acusan de lanzar adoquines y romper a un agente un dedo del pie y de lesionar la mano a otro. Él lo niega y denuncia golpes.
Una activista relata que después hubo otra «batalla campal» en Torrecedeira: «Ocho policías saltaron de las grilleras y corrimos como pollos sin cabeza, no sabíamos a dónde ir, los camareros recogieron las terrazas y yo protegí a una señora». Una mujer denunció porrazos en una pierna.
Por su parte, el portavoz de la Unión Federal de Policía (UFP), Agustín Vigo, recalca que «los agentes volvieron cansados, no están al 100 % y ya les meten a trabajar igual». Cree que en los antidisturbios de Vigo debe haber «más gente y mejor planificación, que no estén saturados de estar un mes fuera de casa y al volver se encuentren con otra. Acaban de llegar y tienen derecho a descansar; en Barcelona los han tenido a piñón fijo. La gente no está perfecta y ya les meten a trabajar igual». Avisa de que «puede haber bajas» porque los agentes «que no han podido disfrutar del descanso solicitado, no estarán al 100 %». Solo había un grupo y estaba «mermado». «Debería haber un dispositivo más ordenado, con más gente que controle las zonas y distribuidos para tener un retén, un control, un corte y apoyos. Si ven que hay gente, se cortan más», dice.
El vigués herido de una pedrada en la capital catalana ya recuerda su «viernes trágico»
El antidisturbios vigués herido en Cataluña el día 18, Iván A.F., ha mejorado mucho en cuanto a su consciencia después de que los médicos le retirasen la sedación hace unos días. Según fuentes del sindicato SUP, el agente de Raya 30 de la UIP sigue hospitalizado pero ya recuerda prácticamente todo lo ocurrido hasta las 20.30 horas del «trágico viernes», momento en el que recibió un golpe en la cabeza con un objeto contundente. Quedó inconsciente, fue ingresado en la uci y, una semana después, ya reconoce e interacciona sin dificultad. Su esposa lo acompaña en el hospital. «Está bien, necesita unos días más para recuperarse y salir de la uci», dice Roberto González, del SUP.
Por su parte, Ángel, el integrante de Raya 53 también herido en los disturbios de Barcelona, tal como se esperaba, recibió el alta ayer y voló a A Coruña, donde recibió un «caluroso» recibimiento de sus compañeros.
Roberto González pregunta al Director General de Policía que concrete cuánto dinero van a cobrar los agentes desplazados en comisión a Cataluña, cada cuánto se harán los relevos, cuándo y cómo se va a poner en marcha la reforma de la jornada laboral de las unidades y la activación de todas las peticiones sindicales para evitar que tantos agentes acaben dejando la especialidad por el deterioro del clima laboral. «¿Qué recompensas profesionales se van a dar una vez terminado este dispositivo, como se va a compensar la penosidad de estos servicios, más allá del cobro por la prolongación de la jornada?», pregunta González, quien pide que se den respuestas jurídicas a las posibles denuncias cruzadas en los altercados.