«El casco le salvó la vida», dicen los compañeros del policía de Vigo herido

E. V. Pita VIGO

VIGO CIUDAD

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La madre de Iván A. F. rompió a llorar emocionada en una de las concentraciones de apoyo que hubo por toda Galicia

21 oct 2019 . Actualizado a las 22:14 h.

La madre del policía Iván A. F., vigués de 41 años y padre de dos niños, rompió a llorar emocionada en la comisaría de Vigo durante la concentración en apoyo de su hijo, el antidisturbios ingresado en la uci el viernes tras recibir un golpe en el casco en las revueltas callejeras de Barcelona.

En toda Galicia se hicieron concentraciones de apoyo al agente, pero la de Vigo fue la más emotiva por estar su familia presente. Hay que recordar que la ciudad aún llora la muerte de la policía Vanessa Lage, acribillada por un atracador en el 2014 y la tragedia rondó esta vez al antidisturbios vigués, que sufrió un grave trauma craneal.

La progenitora está «muy preocupada» por su hijo, según fuentes próximas, e intentará trasladarse lo más pronto posible a Barcelona para visitarlo en el hospital. En la capital catalana ya está la esposa del lesionado, que viajó para acompañarlo.

Según las últimas informaciones, el estado de salud de Iván A. F. es estable, con una evolución lenta pero favorable. En el TAC que le han practicado se ha confirmado que no ha visto afectada su movilidad. Como los pulmones avanzan bien, la previsión de los sanitarios era despertarlo a última hora de este lunes pero finalmente por precaución, los médicos decidieron que siguiese sedado unas horas más.

Sus compañeros temen que sufra secuelas. «El casco le salvó la vida, quedó completamente roto a causa del impacto», dice el portavoz del SUP en Galicia, Roberto González. «El pasado viernes estuvieron tres horas recibiendo impactos de todo tipo. No les dejaron avanzar. Su línea estuvo inmóvil y hasta que cayeron compañeros no pudieron avanzar», ha lamentado González.

No saben exactamente qué tipo de objeto contundente golpeó a Iván, con gran experiencia en la unidad antidisturbios (UIP), pues sirvió en Madrid y, desde el 2007, en Vigo. Se sospecha que pudo ser noqueado con un adoquín, piedra o maceta lanzada desde una ventana o balcón, pues el agente cayó desplomado ante un portal y la trayectoria del impacto parece vertical. Otra posibilidad es que le disparasen una bola de acero con un tirachinas. Creen que los radicales buscaban una víctima mortal, pero no lo lograron porque los antidisturbios actuaron con moderación y prudencia.

Los compañeros de Iván exigieron más medios materiales para responder a los disturbios urbanos en Barcelona. En concreto, un portavoz pidió el apoyo de tanquetas o camiones con cañones de agua para dispersar a las multitudes, nuevos uniformes para reemplazar a los dañados estos días, y jornadas laborales adecuadas para evitar el agotamiento, que ya hace mella ante un tipo de conflicto urbano que nunca antes se ha vivido en la democracia. Otra idea es condecorar a los policías. El alcalde de Vigo, Abel Caballero, elogió su «heroicidad».

El otro agente gallego herido en Barcelona presta servicio en la brigada de intervención de A Coruña, tiene 44 años y es oriundo de San Cibrao, en Cervo. Estaba previsto que fuese operado este lunes de las fracturas en un brazo.

Hay 260 agentes gallegos desplegados en Cataluña. Muchos sufrieron magulladuras en brazos y piernas. Mañana llega un grupo de A Coruña, tras prestar servicio durante un mes, y volverán en una semana. Según denuncian los agentes, falta material para hacer frente a los altercados y, además, alertan de que en el resto de España la seguridad está comprometida.

También hubo concentraciones de apoyo en Ourense, Lugo, Santiago, Pontevedra, Vilagarcía, Ferrol y Monforte.