Un reto mayúsculo en Samil

m. v. f. VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Oscar Vázquez

La carrera de obstáculos Desafío Boot Camp reunirá a 2.000 participantes mañana en Vigo

05 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Samil acoge este domingo la cuarta entrega del Desafío Boot Camp, una prueba de obstáculos que ha experimentado un crecimiento exponencial desde su primera entrega y que en esta ocasión alcanza ya los 2.000 participantes. Aunque con una categoría élite más exigente, se organiza de manera paralela una carrera popular para hacerla asequible a todos los públicos e incluso hay prueba infantil para los más pequeños.

¿Qué es y cómo nace el Desafío Boot Camp?

El auge que entonces comenzaban a tener las carreras de obstáculos llevó a los organizadores a plantearse poner en marcha una iniciativa de estas características en Vigo. «Es una prueba parecida a los circuitos militares, los boot camp, de ahí el nombre», explica uno de los organizadores, el también entrenador del Mondariz Adrián Rubio. Siempre tuvieron claro que Samil era la mejor ubicación posible y se pusieron manos a la obra. Esta será la cuarta edición.

¿Cuál es el perfil de los participantes en esta prueba?

El grueso de los participantes están entre los 25 y los 45 años y en esta edición están especialmente satisfechos por haber alcanzado un 40 % de mujeres partiendo del 20 % de sus inicios, cuando la cifra total de competidores rondaba los 400. Pero más allá de este prototipo, suelen tener gente que sobrepasa los 60 años y no hay ningún tipo de limitación en ese sentido. Vienen de toda España y del norte de Portugal.

¿Cuántas modalidades hay y en qué se diferencian?

El grueso de los atletas corren la modalidad popular, apta para «cualquier persona que esté acostumbrada a practicar ejercicio moderado», indica Rubio. Si no superan alguno de los obstáculos, pueden continuar la carrera igualmente si cumplen con las correspondientes penalizaciones de flexiones con salto. Otra cosa es la modalidad élite, una parte «mucho más residual» y puntuable para los campeonatos nacional y de Europa en la que si no se superan los obstáculos (tienen más de un intento), el deportista queda automáticamente descalificado.

¿Cómo ha evolucionado la carrera con el paso de las ediciones?

El cambio más representativo ha estado en la distancia, pasando de los seis kilómetros a los ocho. En cuanto al número de obstáculos, el crecimiento no es tan pronunciado, pero también lo ha habido. «Siempre hubo en torno a 25 y este año se superan los 30. La tipología es la misma: suspensión, arrastre, carga... Pero la complejidad sí que ha ido creciendo», indica Rubio. Es una exigencia que les impone el hecho de que cada vez los participantes se especialicen más en este tipo de carreras. El campeón del mundo Christian Zarta es el director de carrera y se encarga de diseñar los obstáculos a los que se enfrentan los participantes.

¿Cómo ha conseguido tal aceptación el Desafío Boot Camp?

Adrián Rubio apunta a dos factores como los secretos del éxito del evento. El primero es la playa de Samil. «No creo que haya en España un escenario como este, un entorno brutal y muy atractivo también para el público», recalca. El otro es «la pasión» con la que el impulsor, David Suárez, y su equipo lo preparan, dice.