El exitoso viaje de vuelta de Hugo, el cervecero nómada

Jorge Casanova
JORGE CASANOVA REDACCIÓN / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Pepa Losada

Un joven de Viveiro pone en marcha una marca artesanal después de formarse en los Países Bajos

21 sep 2019 . Actualizado a las 10:27 h.

La pasión por la cerveza suele traer consecuencias indeseables, aunque no siempre. A Hugo Freijanes le abrió camino en la vida y sigue constituyendo su principal ocupación. Hugo, que actualmente vive a caballo entre Vigo y Viveiro es un apasionado de la producción artesanal. En realidad, estudió Diseño Gráfico en Barcelona e intentó desarrollar esos conocimientos en Vigo. Pero no tuvo suerte. Mientras tanto, progresó en la afición de producir cerveza, en la magia de modificar aromas y sabores a través de los procesos de elaboración.

Al final, Hugo se dejó llevar por la cerveza y aprovechó un proyecto de investigación en Ámsterdam para avanzar en sus conocimientos. Allí estuvo seis meses profundizando entre levaduras hasta que conectó con una empresa que intentaba vincular sus dos pasiones: el diseño gráfico y la cerveza artesanal. No se lo pensó y estuvo trabajando y aprendiendo un año más.

Hugo, que es de Viveiro, sintió también la morriña. Dice que estuvo muy a gusto trabajando en los Países Bajos -«un buen lugar para vivir»-, pero que echaba de menos su tierra y a su novia, que se había quedado en Vigo. Así que empaquetó sus conocimientos y sus ilusiones y se decidió a producir cerveza en Galicia. Y no una cerveza cualquiera. «Se llama Farm House y tiene que ver con la tradición rural de Bélgica evolucionada con las nuevas cervezas que se producen en Estados Unidos».

Explica Hugo que es «un cervecero nómada», un cervecero sin fábrica, pero con laboratorio. Él hace sus recetas y contrata factorías para elaborar el producto. Actualmente elabora su cerveza Misterio Brewing en Ponferrada, aunque la distribuye mayoritariamente en Galicia. Para poner en marcha su negocio, Hugo tuvo que hacer una inversión inicial que, en alguna medida, fue paliada por una ayuda de la Secretaría Xeral para a Emigración. Así, Hugo pudo avanzar con algo más de holgura en los primeros pasos de su aventura cervecera. Hoy, dos años después de arrancar, dice que le va muy bien.

Además, a Hugo no se le ha olvidado el diseño gráfico y ha querido mejorar su cerveza con la aportación de diseñadores para la elaboración de las etiquetas, que pasea por ferias específicas. La Misterio Brewing, que pudo deleitar a paladares holandeses, se estableció finalmente en Galicia. En realidad, las recetas de Hugo están al alcance de cualquiera, porque también las vende por Internet, en una página con el nombre de la marca. Para hacer buena cerveza también se precisa talento. Y el talento gallego, mejor en casa que en la diáspora.