El mago Blass en el juicio por su atropello: «Tengo una avería para toda la vida»

E. V. Pita VIGO

VIGO CIUDAD

E. V. Pita

Un conductor se sienta en el banquillo por arrollar ebrio al ilusionista madrileño en Vigo y afronta el pago de indemnizaciones de hasta 140.000 euros y dos años de cárcel

18 sep 2019 . Actualizado a las 23:25 h.

El Juzgado de lo Penal número 1 de Vigo ha acogido esta mañana el juicio contra un conductor ebrio por el atropello del mago madrileño Jorge Blass en Vigo, después de que cruzase por un paso de peatones tras terminar una actuación en un teatro de Vigo en diciembre del 2017 de madrugada. Fue arrollado al pie de un semáforo entre un paso de cebra y la acera en el cruce de la avenida de García Barbón con la calle República Argentina. Sufrió lesiones en el antebrazo que le ocasionan molestias en el pulgar y la muñeca. El ilusionista explicó a la jueza en la sala: «Tengo una avería para toda la vida, las secuelas me impiden hacer algunos números de magia por el pinzamiento del pulgar». Sostiene que sus movimientos son tan precisos que la lesión, aunque sea minúscula e inocua para la vida diaria, no le deja hacer esos juegos de manos. Todo ha perjudicado a su negocio, que tiene dos productoras.

«Soy diestro, mi mano derecha es mi bien más preciado, he ido perfeccionando las técnicas y por eso ahora no me contratan porque no puede hacer ciertos número», indicó el artista. Pone como ejemplo que «hacer aparecer objetos del aire es una habilidad de la mano que es la condición del ilusionista», indicó. Recalcó que el pulgar ahora no le llega para ciertos juegos donde necesita mover una moneda o una carta, pues nota pinzamientos. «Hay números que no he podido realizar, estoy limitado», dijo el ilusionista en el juicio. Añade que estos perjuicios le han obligado a cancelar actuaciones, además de pasar tres meses inmovilizado.

La Fiscalía pide una multa de 2.700 euros y el pago de 50.000 euros de indemnización mientras que las acusaciones reclaman la misma multa pero elevan las compensaciones a 140.000 euros.

El acusado, que más tarde fue condenado por un delito contra la seguridad vial, negó los hechos en la vista, en el sentido en que arrancó correctamente con el semáforo en verde cuando cruzaban los últimos peatones corriendo y uno chocó contra su espejo retrovisor. «Vi algo corriendo y sentí un ¡plof!», añadió. Asegura que dio un volantazo para esquivar el bulto. Siguió de largo hasta que los peatones lo increparon y pararon.

El mago Blass recuerda el momento del golpe: «Escuché el motor arrancando fuerte, el chirrido de las ruedas, estaba llegando a la acera y me impactó con el retrovisor. Sentí dolor en el brazo y me caí al suelo. Tengo pesadillas con el chirrido. No me esquivó, fue un golpe seco», sostuvo.

Una forense declaró por videoconferencia que las lesiones son menores y no afectan a la vida diaria.