Preocupación en el comercio por la supresión de un carril en Camelias

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

El proyecto elimina una de las dos vías que había en dirección a la calle Venezuela

07 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Las obras de humanización de la calle Camelias, con aceras más anchas y la incorporación de la senda ciclista, han conllevado la supresión de uno de los dos carriles que existían en dirección a la calle Venezuela. Muchos comerciantes de esta avenida están preocupados por este hecho, que ya es una realidad con el reciente pintado de las marcas viales. Ya no será posible aparcar unos segundos en doble fila para dirigirse a un comercio para recoger algún pedido. La situación se agravará también para los padres de los alumnos del colegio Labor cuando acudan a llevar o a buscar a sus hijos. Al existir un solo carril, si un vehículo para, provocará un atasco. Los comerciantes creen que esto va a ser muy negativo para los negocios. Piensan que los clientes que vayan en coche ya no podrán parar un momento y pasarán de largo.

José Manuel Pena Villar, empresario con un negocio de impresión en la calle y miembro de la directiva de la CEP, afirma que «mi opinión y la de otros que hemos tanteado, es que va a ser un problema para los comerciantes de esta zona porque ya con dos accesos que había directos al Ayuntamiento se podía funcionar, pero a partir de ahora, el que tenga que recoger algún producto no puede parar y nosotros somos uno de los afectados». Lamenta que haya premiado «el uso de la bicicleta que el interés de los comerciantes porque esta calle funcione». Se pregunta porqué no se habilitó el carril bici en Beiramar «donde no molesta a ningún comerciante». Este empresario lamenta que desde el gobierno municipal no hayan atendido las reclamaciones que han realizado para reformular el proyecto. «No nos quisieron recibir», asegura.

Alberto Gaspar, dependiente de la tienda de instrumentos Musical Vigo tampoco ve con buenos ojos los cambios en la calle. «Estamos quitando un carril de circulación, con lo cual desaparece la doble fila y toda esa gente que paraba un momento para hacer cualquier recado. Las ventas se van a ver perjudicadas».

A José, responsable de un taller de automoción tampoco le parece bien haber situado el carril bici junto al del transporte público. «La gente que baje del autobús deberá tener cuidado con que no venga una bicicleta o un patinete, puede haber accidentes», advierte.

Ni siquiera usuarios de los pedales están del todo convencidos con el proyecto. «Como ciclista es positivo, pero creo que entorpece la circulación en una arteria de la ciudad», afirma Daniel Pérez, un joven de 27 años que siempre que hace buen tiempo va al trabajo en bicicleta.