Una maestra de Nigrán casa a sus alumnos 25 años después

Monica Torres
mónica torres NIGRÁN / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Xoán Carlos Gil

La edila Marina Vidal se reencuentra en el altar con la pareja

19 ago 2019 . Actualizado a las 22:06 h.

Jessica Lima y Fernando Pombo se han dado el sí quiero 25 años después de conocerse. No es que se lo hayan pensado mucho sino que la primera vez que se vieron tenían 4 y 3 años respectivamente. Marina Vidal se estrenaba entonces en el mismo colegio que ellos, Escuelas Nieto de Vigo, aunque en su caso como profesora. Fue testigo de aquel encuentro que cambió para siempre la vida de estos dos jóvenes que ayer decidieron unirlas oficialmente en el Pazo da Touza de Nigrán. Lo que no supieron los novios hasta poco antes del enlace y también desconocían muchos de los amigos y familiares de la flamante pareja es que la maestra de ceremonias era la misma a la que Fernando le había confesado con catorce años su amor por Jessica.

Un cuarto de siglo después de aquella confidencia tras el pupitre, los tres se reencontraron ayer en el altar. «Ha sido una gran alegría y sobre todo nos da confianza y tranquilidad en estos momentos», aseguraba el novio horas antes del enlace con la emoción de saberse perfectamente la respuesta a la pregunta más importante que nunca antes le había hecho ningún maestro y la ilusión de decírsela a su mujer. Tampoco Marina Vidal dudó en dar su «Sí quiero», cuando escuchó sus nombres entre los de las siete parejas que esta semana contrajeron matrimonio en Nigrán. «No me tocaba oficiar a mí ninguna boda estos días pero, en cuanto escuché esos nombres reconocí a mis alumnos y me hizo tanta ilusión que me la pedí. Claro que también les mandé un correo a ellos para ver si les parecía bien antes de decidirme», recuerda la actual concejala del Concello de Nigrán. Todo a poco más de 72 horas de un enlace en el que la oficiante parecía estar más preocupada que los novios o sus padres. «Estoy casi tan nerviosa como cuando fue mi propia boda, pero aún con más respeto porque no es mi día sino el suyo y quiero que sea perfecto», desveló la edila, que ayer celebró el segundo enlace de su vida como representante municipal. «El lunes cumplo 48 años y mira qué regalazo me acaba de hacer la vida» manifestó exultante ante el inminente reencuentro.

En las horas previas al enlace aún hubo tiempo para recordar algunos de aquellos momentos que compartieron como alumnos y profesora y que también hicieron sonrojar a más de uno durante la ceremonia. «Cuando empezaron a salir nos llamó la atención especialmente en el colegio porque, aunque todos tuvimos y tenían amores de adolescencia, nos sorprendía su complicidad y cómo se complementaban ya entonces. Pensé que era un amor de juventud no el de toda la vida», confesó la profe.

«Me hace mucha ilusión porque, de alguna manera, es como volver al cole en el que nos conocimos y quién mejor para casarnos que alguien que nos vio crecer», comentó la radiante novia con anécdota incluida. «Mi madre se acuerda perfectamente de cómo Marina tuvo que venir a buscarme al patio el primer día de cole porque yo no paraba de llorar», recordó. Fue su profesora con 3 años, luego en Primaria y también en la ESO. «Tuvimos la suerte de crecer en un colegio pequeño donde todos nos conocíamos y, sobretodo con profesores como ella, que entienden y defienden que la educación va más allá de seguir un libro de texto y que los valores están por encima de todo», señaló ya en capilla. «Su único objetivo era enseñarnos e inculcarnos valores, siempre cercana y disponible», insistió Fernando.