@lupita_hard revoluciona Vigo

Alejandra Pascual Santiago
alejandra pascual VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

cedida

Es la instagrammer de moda en la ciudad y en las redes. Su pasión por el arte ha llenado Vigo con sus graffitis

17 ago 2019 . Actualizado a las 21:28 h.

26 años y un profundo espíritu crítico. 26.000 seguidores. Activista feminista. Lupita Hard, como todo el mundo la conoce, es una joven artista de moda en Vigo... y en Instagram. Su pasión es el arte que reivindica el respeto y la igualdad en todas sus expresiones: poemas, pintura sobre cristal, diseño de ropa y grafitis. Esto último es uno de los grandes motivos por los que es reconocida, no solo en Vigo sino en España entera. También por las reacciones (para todos los gustos) que provoca. Su pintada de la vulva normalmente de color rosa atrae la atención de miles de ciudadanos y turistas al día.

-¿Está vivo el espíritu cultural feminista en Vigo?

-Está en el buen camino. Siento un enorme alivio al ver a generaciones jóvenes que están creciendo con el germen del feminismo, aunque quizás no se manifieste en un ambiente cultural más activo. Pero todavía venimos arrastrando años de tradición machista. A Vigo le falta muchísima diversidad y un ambiente cultural más rico, pero el Concello tampoco pone demasiadas facilidades.

-¿Tienes licencia para pintar?

-A veces sí y a veces no.

-¿No te preocupa que tu forma de expresarte vaya más allá de los límites de la legalidad?

-Soy consciente de las cosas a las que me expongo, pero de eso se trata el grafiti. Uno de los valores añadidos de hacer grafitis es la ilegalidad que ello conlleva, su adrenalina.

-¿Qué diferencia hay entre Lupita y los demás grafiteros de Vigo?

-Lo que yo hago lo hago con un ansia de revolución y de intentar decir algo. Pero el fondo es el mismo, ambos tienen valor artístico.

-¿Cómo surgió la idea de la pintada de la vulva?

-Cuando yo empecé a pintar me vi prácticamente sola entre muchos hombres. Era un ambiente muy masculino en ese sentido. De ahí surgió mi pintada de la vulva, por reivindicarme a mí misma entre tantos artistas grafiteros hombres. ‘Yo estoy aquí también’, pensé. Después adquirió otros significados, pero quiero que quede claro que no utilizaba este grafiti para representar a las mujeres porque no todas las mujeres lo tienen. Parecía que nadie sabía dibujarlo y la gente se lleva las manos a la cabeza al verlo. Lo hice también para descontextualizar algo tan íntimo y tabú.

-Si tuvieras que hacer un grafiti en pleno centro de Vigo y de forma legal, ¿qué harías?

-Yo apuesto mucho por ese guiño irónico de pintar cosas que impacten a la gente, tanto para escandalizarla como para hacerla pensar. La pintada sería algo reivindicativo y de lucha por la igualdad en todos los sentidos.

-¿Las redes sociales benefician la lucha feminista?

-Creo que no. Hay personas que hacen una muy buena labor de difusión en un medio asequible y con gran impacto en generaciones jóvenes, pero las redes sociales en muchas ocasiones están muy mal manejadas. Hay muchísimo odio en ellas. Hay gente que en materia de feminismo se queda en la superficie de las cosas. Está muy bien mostrar una imagen en Instagram de defensora feminista, pero también hay que tener un contenido, y para tenerlo hay que vivir el feminismo: informarse, leer, tener experiencias positivas y negativas.

-¿Cómo gestionas el odio en redes sociales?

-Para eso tengo un carácter fuerte, no me afecta. Aparto el odio de mi vida. Hagas lo que hagas la gente te va a criticar y más en las redes donde parece que les das cierta libertad de opinión. Pero es preocupante que la sociedad actual actúe con ese odio y ese egoísmo.

-¿Y cómo es que tienens ese espíritu tan revolucionario y crítico?

-A partir de experiencias negativas que sufrí. Saqué fuerza de todas ellas y fue así como me refugié en el arte.

¿Tu graffiti favorito en Vigo? Difícil quedarme con solo uno. Me gusta mucho pintar en grupo. Hay uno en la Panificadora que hice con un amigo que pinta en favor de los animales que es de mis favoritos.

¿A qué edad empezaste a pintar y a escribir?

A los catorce años.