Cuarenta enfermos de artritis prueban un nuevo tratamiento en Vigo que evita pincharse

Ángel Paniagua Pérez
ángel paniagua VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

Los pacientes no tendrían que llevar su medicación en una nevera

09 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

En torno a 40 personas están probando en Vigo un nuevo tratamiento contra la artritis reumatoide, enfermedad crónica que suele provocar dolor y rigidez en las articulaciones, además de otros muchos síntomas. El nuevo tratamiento es el de los inhibidores de las vías JAK y está cambiando el abordaje de esta enfermedad. En España solo lleva medio año en el mercado. «En Estados Unidos, en Canadá, en Suiza, en Argentina... hay una experiencia acumulada de siete años. Lo bueno es que ya sabemos cómo funciona», dice el jefe de servicio de reumatología del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo, con sede el el Hospital Meixoeiro, Ceferino Barbazán.

La gran diferencia entre este tratamiento es que se toma en comprimidos. Dos al día. Hasta ahora, los tratamientos más avanzados eran los biológicos. El problema es que son fármacos inyectados y el paciente tiene que recogerlos en el hospital en una pequeña nevera para que no se rompa la cadena de frío. Las dificultades son grandes cuando un enfermo quiere viajar, porque tiene que ir con la nevera. «La eficacia de los biológicos y los inhibidores de JAK es similar», asegura Barbazán, que explica que ahora hay dos fármacos en el mercado y que se prevé que aparezcan más. «No son biológicos porque los biológicos se crean a partir de una célula y estos son sintéticos», expone el reumatólogo.

Pero no es tan sencillo como usar un medicamento u otro. Primero se van probando unos tratamientos y luego, si no funcionan, se pasa a otros. Dependiendo de las características de cada paciente y de cómo los tolere, se utilizan unos u otros. «Unos se eliminan mejor por el hígado y otros por el riñón, así que depende de la situación del paciente», dice Barbazán. Por ejemplo, los biológicos suelen combinarse con otras moléculas, como el metotrexato.

El laboratorio Pfizer ha desarrollado tratamientos de inhibición de las vías JAK. Recientemente celebró en Baiona una jornada con expertos de toda Galicia. A ella acudió el médico argentino Eduardo Mysler, que dirige la Organización Médica de Investigación. Él participó en la fase de desarrollo de los nuevos fármacos, así que lleva manejándolos una década. Con encuentros así, los médicos gallegos, que llevan menos de un año con los inhibidores de JAK, pueden resolver dudas clínicas. Se espera que estos nuevos fármacos pronto puedan usarse para otras enfermedades como la artritis psoriásica o la colitis ulcerosa.

«Todos los estudios de preferencia dicen que los pacientes prefieren la medicación oral», dice Mysler. «Los inhibidores de JAK son más cómodos y funcionan muy bien como monoterapia, sin combinar con un segundo fármaco», explica el médico. «Además, no producen inmunogenicidad, o sea, anticuerpos contra el propio medicamento».

Una de las claves de la aceptación de los medicamentos que no requieren ser inyectados está en la naturaleza de la artritis reumatoide. Al afectar a las articulaciones, es una enfermedad que compromete la habilidad con las manos. Para cualquier paciente es incómodo pincharse a diario, pero si además tiene problemas de destreza, es peor. «Los estudios de sobrevida con el medicamento son de en torno al 55 % a cinco años», dice el argentino.

«Dependiendo de las inflamaciones, te van mejor unos fármacos u otros», explica la presidenta de la Asociación de Enfermos de Artrite de Pontevedra (Asearpo), Mabel Avendaño. «Tengo un compañero con un medicamento biológico y al principio le iba mal... Cuando llegas a un estado que un biológico te deja de hacer efecto hay que probar con otro», dice. «Estamos contentos con todo lo que se avance, porque esta enfermedad no te mata pero te destroza la vida. Cuantas más cosas haya para tener un abanico de posibilidades, mejor; porque si no terminas en silla de ruedas», dice.