¿Dónde están los ecologistas?

Antón lois AMIGOS DA TERRA VIGO@TIERRA.ORG

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

Los defensores del medio ambiente están desbordados y con pocos medios

22 jul 2019 . Actualizado a las 09:20 h.

Lamentablemente no podemos dar respuesta a todo ni podemos estar siempre donde querríamos y tendríamos simplemente porque somos pocos y porque el ecologismo es nuestra pasión pero no nuestra profesión.

Las grandes organizaciones han conseguido con gran esfuerzo tener equipos técnicos profesionalizados, pero esto es imposible en sus delegaciones y en los pequeños grupos locales.

Como no vivimos de esto muchas veces no podemos abandonar nuestro puesto de trabajo porque la comprensión de nuestros jefes y empresas tiene un límite. Y la vida personal porque a nuestras familias les cuesta soportar que nuestro tiempo libre, noches, fines de semana y vacaciones incluidas, se dedique a esa militancia, que incluye una parte presencial, que no les voy a aburrir con la cantidad de sitios en los que tenemos que estar físicamente, a veces en dos o tres a la vez, y que incluyen desde ir a limpiar un vertedero ilegal o una playa hasta hacer una repoblación forestal, pasando por tumbarse delante de una excavadora para que no se lleve algo por delante y todo lo que se puedan imaginar.

Luego la parte telefónica en la que recibimos una media de una docena de llamadas semanal (de mensajes por redes varias perdemos la cuenta) también con todo lo que puedan imaginar, desde una gaviota con un ala rota hasta un vertido químico y a las que intentamos dar respuesta directa o trasladar a las autoridades.

Y los medios de comunicación, que llaman por sorpresa y salimos del paso intentando argumentar lo que nos preguntan a bocajarro sin apenas tiempo a pensar, lo cual suele ser mala combinación (y conste que agradecemos muchísimo que llamen).

Luego viene la parte burocrática: leer informes inmensos, proyectos de ley, evaluaciones de impacto, planes sectoriales, proyectos urbanísticos, documentos estratégicos sobre todos los temas imaginables. Que toque leer solo uno normal a la semana, de unos cientos de páginas (que se tiene que responder de manera urgente) es una suerte. Lo habitual son dos o tres semanales y algunos con miles de páginas sobre aspectos en los que tienes que buscar asesoramiento experto, y luego ponerse a presentar alegaciones, propuestas etc.

Escribir esta misma página a veces es rápido, otras requiere horas (que sacas de tu trabajo o de tu tiempo libre) para buscar documentación no siempre fácil de encontrar, leer informes y contrastarlos y finalmente intentar resumirlo de forma que tenga sentido y no resulte una tortura leerlo y se incluyan propuestas realistas, no solo críticas.

Por eso, cuando por poner el último ejemplo, nos avisan el viernes que en ese mismo momento estaban cortando los árboles de Gran Vía, y no tienes a nadie que te pueda sustituir en el trabajo, y desesperadamente avisas por las redes intentando que alguien pueda plantarse allí, y no lo consigues porque a su vez todos tus compañeros y compañeras están en la misma situación, o fuera de Vigo, o sencillamente desconectados, sientes esa rabia, tristeza e impotencia.

Como tantas veces no puedes salir para acompañar a los vecinos y abrazarte a un árbol e intentar, al menos, dificultar su tala para darle unas horas más de vida y dejar constancia de que, aún siendo pocos, no todo Vigo quiere que se corten sus árboles.

Como tantas veces no puedes estar en tantos sitios.

La pregunta

Y en ese momento te llega la pregunta, siempre indignada: ¿Dónde están los ecologistas? Pues donde podemos y cuando podemos, que les aseguro que nunca es en todos los sitios donde querríamos y deberíamos estar. Creo que hablo en nombre de mis compañeros y compañeras de militancia ecologista cuando les pido perdón por no poder hacer más pero no interpreten esto como buscar excusas, o pretender dar lástima o proponernos para que nos den una medalla.

Sencillamente tenemos las fuerzas, medios y recursos que tenemos y con ellos intentamos hacer el máximo posible, pero a los milagros y al don de la ubicuidad todavía no le pillamos el tranquillo, aunque estamos en ello. ¿Y cómo solucionarlo? Pues sencillamente… les necesitamos.

El ecologismo no pretende otra cosa que la continuidad de los procesos ecológicos que sustentan todo lo demás. Nada es más importante porque sin eso no hay nada. Permitan parafrasear a Béquer… ¿Dónde están los ecologistas?, dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. ¿Dónde están los ecologistas? ¿Y tú me lo preguntas? Ecologista... eres tú.