El grafitero más famoso dejó su huella en Vigo

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

El artista vigués Ash Santos afirma que solo queda una firma de Muelle en la ciudad, pero tiene documentada la existencia de tres más

13 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Además de la creación de sus propias obras, el artista vigués Alberto Ash Santos se preocupa por documentar la huella que otros autores han dejado en la ciudad. Aunque ha tocado muchos palos, el muralismo y el grafiti copan buena parte del interés de Santos. Y por eso destaca la figura de Juan Carlos Argüello, Muelle (Madrid 1965-1995), aquel conocido grafitero que inundó el país con su firma, ya que en Vigo, afirma, «se conserva ya solo una, aunque hubo varias».

En los años 80, las obras de aquel joven se encuadraron más cerca del vandalismo que de cualquier faceta creativa, pero hoy la percepción ha cambiado y su figura se coloca próxima a nombres como Banksy o Keith Haring, como figuras del arte urbano. De hecho, por ejemplo, en Madrid, se conservan varias obras y se han lanzado peticiones para su declaración como bien de interés cultural (BIC). Según cuenta el vigués, «hace unas semanas se puso en contacto conmigo por Instagram un guía turístico pidiéndome información sobre una firma de Muelle que yo cedí a una página de Facebook. Era un foto de 1990 en la que salía mi hermana en el espigón del Náutico, y al fondo, una firma en perfil rojo de Muelle, en la curva cerca del faro».

Relata que el guía afirmaba haber descubierto otra en la entrada de los garajes Bermejo, en la Alameda, y estaba tratando de buscar gente que le ayudara a apuntalar su teoría para poder decir que era auténtica. «Lo que está claro es que no se puede decir que sea un descubrimiento suyo porque se sabe que está ahí hace años. Es bien conocida en el mundo del grafiti. Tengo constancia de ella desde principios de la década del 2000 y por aquel entonces la firma ya tendría más de 10 años», añade. El artista afirma que de lo que sí está seguro «es que es la única que se conserva en Vigo, ya que la del espigón desapareció hace años. Lo limpiaron. También había otra frente a los Multicines centro, en la calle María Berdiales, en la pared donde ahora hay una panadería». Cuenta que primero la taparon con el anuncio de un bar cercano y luego abrieron un ventanal justo donde estaba. «Y en un libro sobre la arquitectura de Vigo señalaban otra en una pared de la Taberna Eligio», señala. Ash indica que había unas cuantas más, pero eran falsas. «Tenía muchos imitadores», recuerda.

El vigués alaba el interés repentino por el muralismo que hace que hasta se hayan creado rutas turísticas que ofrecen paseos por el arte urbano, pero también critica que no se fomente una participación más auténtica y menos reglada por parte de las instituciones. Como ejemplo, cuenta que hace años iba con sus amigos a ver al Lagares las obras que allí habían dejado varios grafiteros. «Había uno de Okuda San Miguel, que ahora se cotiza muchísimo y nos juntábamos para analizarlo. Se destruyó y nunca se puso en valor. Ahora la cosa ha cambiado y no sería raro que el concello quisiera pagarle lo que pida por hacer un mural», opina.

Ash Santos desarrolla una carrera internacional en la que ha realizado desde exposiciones en galerías de Los Angeles (California)al diseño de camisetas que después han salido en series como Modern Family. En Vigo, el artista fue uno de los primeros participantes en el programa municipal de murales, con una instalación en el Parque Camilo José Cela y en la obra reservó un espacio para la participación pública que nunca se administró. «Hasta hice una unidad didáctica, pero no hubo interés por llevarlo adelante», asegura. Según el libro Madrid Graffiti, de Fernando Figueroa-Saavedra y Felipe Gálvez, desarrolló su actividad de 1982 a 1991, aunque hasta el 93 continúa creando como artista plástico. «Con Figueroa hablé recientemente por la firma de la Alameda y por cierto, me animó a reunir toda la información sobre el muralismo y el grafiti en Vigo para volcarla en un libro y creo que lo haré», adelanta.