El PP busca candidato en Vigo otra vez

Carlos Punzón
cARLOS PUNZÓN VIGO / LA VOZ

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Corina Porro, Manuel Pérez y Juan Corral, excandidatos del PP en Vigo
Corina Porro, Manuel Pérez y Juan Corral, excandidatos del PP en Vigo La Voz

Los populares vigueses ya han probado a siete aspirantes a la alcaldía y a doce presidentes en los cuarenta años de democracia y solo dos han tocado poder

02 jun 2019 . Actualizado a las 12:02 h.

El PP de Vigo ha vivido en su historia más tiempo de contrariedad que de tranquilidad y unidad interna. Siete años y medio en la alcaldía de los cuarenta transcurridos desde la recuperación de la democracia explican que la militancia, y sobre todo los dirigentes autonómicos de la formación hayan propiciado tan alta rotación en su estructura y plantel, tratando de dar con la fórmula con la que conseguir el bastón de mando de una ciudad que ha deparado en las urnas 32 años de gobiernos de izquierdas y menos de dos mandatos al PP.

Pese a tener la mayor cota de afiliación de Galicia, la agrupación del PP de Vigo casi nunca ha sido fácil, ni dueña de su propio destino y tampoco ha sido históricamente de las que más poder ha logrado en la cúpula del partido en Galicia, más bien al contrario.

Las imposiciones desde arriba hicieron que extrañamente, por ejemplo, no se permitiese dejar pugnar por la reelección al único alcalde popular que ha conseguido una mayoría absoluta en la ciudad. Manuel Pérez fue relevado con 14 ediles en 1999 y su sucesor, Juan Corral, bajó a once después. Y más recientemente todo el partido daba por hecho que José Manuel Figueroa sería el candidato a la alcaldía en el 2015 y sin embargo, la dirección puso el nombre de Elena Muñoz encima de la mesa y le hizo a la militancia asumirla además como una decisión propia.

Ahora el PP se lanza otra vez a buscar al que será su octavo candidato desde 1979, al aspirante a minar la supermayoría absoluta de Abel Caballero en las elecciones del 2023. Pero la lejanía en el tiempo no le da margen sin embargo, pues la proximidad de las elecciones autonómicas obligan al partido a coser las profundas grietas internas que arrastra desde hace cuatro años, volver a ponerse en forma y hacer frente a un adversario que desde la alcaldía tratará de convencer de que solo con un gobierno con presidente socialista y de apellido Caballero también, Vigo acabará con los doce años de aislamiento y discriminación que le achaca a Alberto Núñez Feijoo.

El PP vigués también tendrá que decidir además si su nuevo presidente del partido será también su candidato a la alcaldía. No siempre ha sido así. Su primer líder local, el notario José María Mosquera Merino no participó en las primeras municipales, en las que sí lo hizo su sucesor en el cargo, Eugenio Pernas.

No lo hizo después Guillermo Rey Peniza, en una etapa en la que el que mandaba en el partido solía colocarse fuera del foco municipal. Fernando García del Valle fue cabeza de cartel en las municipales de 1983 y fue presidente de la AP local también.

Pero su sucesor volvió a romper la dualidad. Ramón Díaz del Río no optó a las municipales y si lo hizo Carlos Mantilla en 1987 en el tercer relevo conservador en las elecciones locales.

Primera mayoría absoluta

En 1991 el PP volvió a cambiar de candidato con Manuel Pérez, que en 1995 consiguió por primera vez la continuidad en la apuesta electoral que su partido no había ofertado a los vigueses antes. Y con ella llegó la mayoría absoluta para los conservadores por primera y única vez. Pérez no tuvo premio por ello, y en los siguientes comicios tomó el relevo Juan Corral, hecho también presidente del partido, hasta que Pablo Egerique se hizo con el timón en un congreso local frente a Maite Fernández. Pese a esa victoria interna no fue presentado como candidato a la alcaldía y para los dos puestos llegó el turno de Corina Porro, la titular que ha contado con más estabilidad al frente del partido y cartel electoral tras haber desbancado junto al BNG a Ventura Pérez Mariño de la alcaldía a los seis meses de mandato. Repitió en 2007 y 2011, dejando en ambas ocasiones la corporación tras no poder impedir que Abel Caballero alzase el bastón de mando. Ella le dio el relevo al frente del partido y el grupo municipal a José Manuel Figueroa, al que la dirección gallega no acabó de ver como candidato a la alcaldía. Y se probó con Elena Muñoz, sin antigüedad alguna de militancia en aquel momento. Se bajó a siete concejales, y ahora a cuatro, casi como cuando Pernas con Coalición Democrática en 1979 sumaba solo tres. El siguiente, ojo, será el presidente número trece.

1979

Eugenio Pernas. Fue el primer candidato y segundo presidente del PP vigués, entonces CD. Solo obtuvo tres ediles y 10.217 votos.

1983

Fernando García del Valle. Logró once ediles y subió los apoyos a 35.776 votos, ya sin la competencia de la UCD.

1987

Carlos Mantilla. El PP volvió a ser de nuevo segunda fuerza en Vigo, con 9 ediles y 37.035 votos. Fue presidente local también.

1991 y 1995

Manuel Pérez. Por primera vez en 1991 el PP fue el más votado. Logró 13 ediles y 51.776 votos. En el 95 fueron ya 14 y 69.095 votos.

2003, 2007 y 2011

Corina Porro. Su mejor marca en votos la estableció en el 2007 con 66.559 y 13 ediles, el mismo número que en 2011. Elena Muñoz tuvo después 7 y 4.

1999

Juan Corral. El octavo presidente del PP vigués se quedó, tras saltar desde la presidencia del Puerto de Vigo, en 11 ediles y 50.565 papeletas.

Elena Muñoz no quiso desvelar ayer cuál será su futuro inmediato. Quizás no le falten ofertas dada su preparación y trayectoria como economista. Además, siempre puede volver a la Xunta, donde ingresó como funcionaria en el 2000. En el 2012 se convirtió en conselleira de Facenda, jugando un papel fundamental en la fusión de las cajas durante el Gobierno de Feijoo. Este apostó por su perfil de técnica cualificada y la envió a Vigo para el difícil reto de competir con Caballero seis meses antes de las municipales del 2015. Tuvo que formar su propio equipo y hacer mucho trabajo de campo. Bajó a 7 ediles y sufrió durante el último mandato la creciente popularidad del alcalde socialista y sus invectivas. Pese a vencer a Javier Guerra en las primarias del PP, no recibió un gran apoyo de Santiago. Las escasas visitas de miembros del Gobierno gallego y conflictos como el de la sanidad le restaron proyección.