En 2020 se cumplen 180 años desde que las islas fueron adscritas al municipio vigués
04 jun 2019 . Actualizado a las 22:14 h.L as islas Cíes son territorio de Vigo. Tanto como la calle del Príncipe o el parque de Castrelos. Por esta razón en verano vemos patrullar por allí a policías locales vigueses. Y pronto se cumplirán dos siglos de la real orden que lo certificó, dictada el 20 de julio de 1840: «las mencionadas islas Síes están comprendidas en la jurisdicción y términos del Ayuntamiento de Vigo». Aunque ya antes tenía Vigo una jurisdicción de facto sobre ellas, en esa fecha quedó asentada. Pero hasta que se clarificó el tema hace 180 años, la adscripción de las Cíes fue motivo de debate durante siglos, porque Cangas, Baiona y Bouzas optaron también a gobernarlas.
Ya en el siglo XII hay litigios por la jurisdicción de las Cíes. Los documenta el historiador Juan Miguel González-Alemparte en sus Crónicas históricas. El primer problema para su adscripción es que estuvieron despobladas hasta finales del siglo XI por las incursiones vikingas. Más tarde, se fundan dos cenobios, pero con obediencias distintas. El más importante, el de Santo Estevo, pertenecerá al monasterio de Coruxo, y por lo tanto Bouzas, hoy Vigo. De hecho, tres reyes le dieron a Coruxo el coto de las Cíes: Alfonso VII, Alfonso IX y Fernando III El Santo. Pero, al mismo tiempo, el arzobispo Xelmírez se refiere a las Cíes como de su jurisdicción, y por tanto de la mitra compostelana, a la que pertenece Cangas. Para rizar el rizo, el monasterio de Oia tuvo jurisdicción sobre las islas, según una relación de bienes de 1345. Y esto nos añade otro concello actual más al reparto. Y, más tarde, el rey Alfonso XI en otro documento ya las denomina Islas de Bayona. Además, las Cíes pasan en el siglo XIV a jurisdicción del obispo de Tui, lo que va en contra de Cangas, que se rige todavía hoy por el arzobispado Compostelano.
El lío de documentos históricos en la Edad Media es, aún sin entrar en detalles, muy notable. Y el asunto sigue emponzoñado en la Edad Moderna, cuando se establece en las Cíes un convento de franciscanos que, ante los continuos ataques de buques franceses, terminan guardando sus objetos litúrgicos en la villa de Vigo, donde desde 1551 había un convento franciscano.
Aquí las disputas ya no son solo del orbe religioso, sino que entran en juego las familias nobles. En abril de 1505, el papa Julio II emite una bula a favor de Fernando de Deza, para que su familiar Pedro de Ben, arcediano de Santiago, asuma las rentas de la iglesia de San Esteban de Sías. Este ordena a un clérigo de Baiona que tome posesión de las islas, pero estas estaban en manos del racionero de la colegiata de Vigo, que las arrendaba a un tal Cristóbal Zapata. En 1510, el arcediano de Santiago arrienda las Cíes al vigués Zapata, a cambio de 1.000 maravedíes al año.
De aquí en adelante, los litigios se suceden, ya siempre administrados por la diócesis de Tui, que es la que ha tenido siempre la jurisdicción de las Cíes, desde el siglo XIV hasta la actualidad. Se equivocan quienes sostienen, todavía hoy, que dependan eclesiásticamente de Cangas. No es cierto. Aunque se dice que hay un escrito que autoriza a los clérigos cangueses a oficiar en Cíes. Y no faltan tampoco argumentos históricos, en medio de este totum revolutum. Pero en la actualidad es indiscutible: si son de Vigo, son de la diócesis de Tui. Y algunos argumentos pecan de historicistas cuando se comparan los actuales municipios con instituciones de la Edad Media que no tienen equiparación en la actualidad.
Además, los pleitos continuaron en el siglo XVI. Unos documentos de la colegiata de Baiona le daban jurisdicción sobre las islas, ante lo que pleiteó Cangas ante la Real Audiencia de Galicia. Baiona incluso organizó una expedición para tomar posesión de las islas e instalar en ellas una horca. Y el conflicto siguió vivo hasta pasado el ecuador del siglo XVII, cuando la colegiata de Cangas aún pretendía ser la autoridad religiosa sobre las islas, en las que crecía la influencia del convento de San Francisco en O Berbés.
Todo este lío se solucionará en 1840, no sin disputas. A la resolución final se llegará tras dos años de disputas entre Vigo y Baiona. La primera está apoyada por la Regencia y la segunda, por la Diputación Provincial de Pontevedra. La villa baionesa adjunta notable documentación histórica. Pero Vigo hace lo propio, también con actas muy recientes: en 1826, ha recibido jurisdicción sobre las Cíes para controlar la sanidad de los buques que llegan a su puerto.
Finalmente, la reina María Cristina promulga la Real Orden de 20 de julio de 1840 en la que declara que “las mencionadas islas Síes están comprendidas en la jurisdicción y términos del Ayuntamiento de Vigo”. En 1867, se hará censo de las parroquias de la diócesis de Tui y se cuentan 16 familias que viven en las islas, que suman 56 personas, que pertenecen eclesiásticamente a la parroquia de Santa Marta de Vigo, el antiguo convento de los franciscanos de O Berbés.
Y así siguen las cosas casi 180 años después. Aquel decreto de 1840 explica por qué a veces en las Cíes vemos patrullar a una pareja de la Policía Local. Y sí: allí también pueden tienen jurisdicción para ponernos una multa.
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